Estilo de Vida

Mujer organizó su propio funeral y envió invitaciones

Kris Hallenga, de 33 años, decidió reunirse en su servicio fúnebre como despedida con sus familiares y amigos para celebrar la vida

Kris Hallenga
Kris Hallenga (Foto: Instagram @howtoglitteraturd)

Increíble pero cierto, una mujer decidió organizar su propio funeral en vivo para celebrar la vida de una manera totalmente única y fuera de lo común. Este hecho lo describió como “el mejor día de su vida”.

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Si bien puede parecer una idea extraña a primera vista, Kris Hallenga, una mujer de 33 años de edad, tomó la decisión en enero y comenzó a planificar su singular evento. El concepto detrás de este “funeral” era conmemorar una vida llena de amor y rodearse de personas queridas en un ambiente festivo y lleno de alegría.

Hallenga fue diagnosticada con cáncer de mama hace 10 años y ha sido una luchadora e inspirador ejemplo para muchas otras mujeres.

Esta joven influencer se ha viralizado a través de su historia de superación, pero en esta ocasión no se hizo tendencia por su activismo en contra del cáncer, sino por llevar a cabo la conmemoración de su propio funeral.

De manera innovadora, envió invitaciones en pequeños ataúdes de cartón, cada uno acompañado de un tubo de ensayo de tequila y una carta explicando su propósito.

Lo más sorprendente es que esta idea se originó durante un viaje de psilocibina, un alucinógeno natural conocido comúnmente como “hongos mágicos”. Fue durante esta experiencia transformadora que las ideas salvajes y maravillosas comenzaron a tomar forma en su mente.

Kris invitó a sus familiares y amigos a su funeral
Kris invitó a sus familiares y amigos a su funeral (Imagen: Instagram @howtoglitteraturd)

El gran día

Después de meses de meticulosa organización, finalmente llegó el gran día. Familiares, amigos cercanos y seres queridos se reunieron para compartir este momento inusual, pero conmovedor. La atmósfera estuvo llena de risas, recuerdos emotivos y abrazos cargados de cariño.

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La música resonó en el lugar, creando un ambiente festivo y alegre. Todos los asistentes eran conscientes de la singularidad de la ocasión y se sumaron a la celebración de la vida. Fue una experiencia que desafió las expectativas tradicionales de los funerales, transformando un evento que normalmente se asocia con tristeza en un testimonio de gratitud y amor.

Sin duda, este “funeral” se quedará grabado en la memoria de todos los presentes como un momento excepcional y único en sus vidas. Esta historia nos recuerda que la vida es un regalo precioso y que cada día merece ser celebrado al máximo.

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