El rey Carlos III, al parecer, ya comenzó a mover sus piezas por los polémicos pronunciamientos de su hijo, el príncipe Harry en el libro ‘Spare’. El monarca le ordenó a él y a su esposa Meghan Markle que desalojen su residencia en Frogmore Cottage.
PUBLICIDAD
La casa es parte de las propiedades del Castillo de Windsor y fue un regalo de bodas que la reina Isabel II dio a los duques.
The Telegraph informó que el rey ordenó el desalojo, ya que quiere dar la residencia a su hermano Andrés, quien actualmente reside en el Royal Lodge.
El portal británico The Mirror reseñó que la decisión de Carlos III es por los señalamientos y calificativos de “madrastra villana” por parte de Harry hacia su esposa Camila, reina consorte.
El príncipe Harry llegó a decir en entrevista que él y su hermano, el príncipe William le rogaron a su padre que no se casara con Camila. Además, expresó que ella filtraba datos de la familia real a la prensa y que siempre planificó casarse con su padre.
“Poco después de nuestras reuniones privadas con ella, comenzó a desarrollar su estrategia a largo plazo, una campaña dirigida al matrimonio y... la Corona (suponemos que con la bendición de nuestro padre)”, dice Harry el ‘Spare’, según detalla The Mirror.
El referido medio citó a una fuente cercana a la realiza que aseguró que esto “fue la gota que colmó el vaso. Harry era muy consciente de que Camilla sería una línea roja para su padre y la cruzó con flagrante desprecio de todos modos. El Rey sin duda sintió que cruzó una línea: fue el último acto de falta de respeto”.
PUBLICIDAD
La fuente anónima afirmó que Harry y Meghan tienen hasta después de la coronación para sacar sus pertenencias de Frogmore Cottage.
“Atónitos”
Un portavoz de los duques de Sussex confirmó la orden de desalojo para la pareja.
Finding Freedom, coautor del libro sobre Harry y Meghan ratificó que les dijeron que necesitan la casa para otra persona.
Citando a Yahoo, The Mirror reseñó que el coautor expresó que los Sussex quedaron “atónitos” con la orden, ya que Frogmore Cottage es un regalo que les dio la fallecida reina Isabel II.
“Es una noticia, según me dicen las fuentes, que ha dejado atónitos a Harry y Meghan, y al menos a dos miembros de la familia real ‘consternados’”, afirmó
Un amigo de la pareja expuso que la decisión se ve como “un castigo cruel”.