Con la llegada de la vejez por lo normal el cuerpo y metabolismo sufre cambios, muchos de ellos de manera drástica en especial cuando se trata del apetito. Es normal que las personas sufran un poco con respecto a la pérdida del hambre por varias características como, por ejemplo, problemas para masticas por inestabilidad en la dentadura y para tragar.
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Por ello, distintos especialistas recomiendan mantener una dieta especial para los mayores de edad. En realidad, no sería tan distintas a la de las personas jóvenes, sin embargo, el profesor Rainer Wirth, presidente de la Sociedad Alemana de Geriatría (DGG, por sus siglas en alemán), indica que: “si la persona mayor se mueve poco, es decir, gasta poca energía, entonces necesita menos calorías, pero la misma cantidad de micronutrientes”.
Alimentos fundamentales
El especialista alemán recomienda a las personas de la tercera edad mantener una dieta rica en frutas, verduras, aceite de oliva, nueces y, sobre todo, más pescados y menos carnes. “Tienen que comer menos cantidad, pero desde el punto de vista de la densidad de los micronutrientes, la comida tiene que ser de alta calidad y lo más magra posible”, agregó.
La pérdida de peso puede ser un gran problema, sobre todo si es de manera acelerada o brusca. En caso de largas fases de enfermedad con convalecencia en cama, los ancianos pueden perder mucho peso. Y esto es delicado, porque no lo recuperan tan rápidamente como las personas jóvenes.
“Nunca se trata solamente de una pérdida de masa grasa, sino también de musculatura”, advierte Wirth cuando se refiere a una enfermedad de larga duración o que pasa por varios procesos que derivan en círculo vicioso: si la musculatura retrocede debido a la edad, la pérdida de músculo aumenta considerablemente en caso de malnutrición. Esto, a su vez, empeora la movilidad de las personas mayores. Y si el suministro de energía y proteínas tiene falencias, el sistema inmunitario suele resentirse y la cicatrización de las heridas se deteriora.