La respiración es el proceso a través del cual captamos oxígeno del aire y eliminamos el anhídrido carbónico que procede del metabolismo de nuestro organismo a nivel celular.
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Pero aseguran expertos que es mucho más que eso, es la base de la vida.
Determina la oxigenación de nuestros órganos principales e influye en el cerebro y sistema nervioso de tal forma que podemos mejorar nuestro estado físico y mental a través de ella.
A través de la respiración profunda nos podemos relajar y reducir el estrés de una manera considerable.
Esto se debe a que cuando respira profundamente, el cuerpo envía un mensaje a su cerebro para calmarse y relajarse. Luego, el cerebro envía este mensaje al cuerpo.
Según la revista ELLE, estas cinco técnicas de respiración son fáciles de hacer y ayudarán a tu cuerpo y a tu mente a estar calmado:
Respiración 4-7-8
Debes inhalar durante 4 segundos, mantener tu respiración durante 7 segundos y exhalar durante 8 segundos.
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Repite el ciclo tantas veces como sientas necesario y enfócate en contar los segundos para distraer y descansar tu mente al mismo tiempo.
Respiración igualada
Esta respiración se enfoca en que las inhalaciones y exhalaciones tengan la misma duración.
Siéntate en una posición cómoda y empieza a inhalar durante 3 o 5 segundos contados, después exhala durante el mismo tiempo para igualar la respiración.
Puedes integrar una pequeña pausa entre cada respiración si te quieres sentir más cómoda. Lo ideal es que repitas durante 5 minutos.
Respiración profunda
Este tipo de respiración ayuda a relajar y centrar la mente. Puedes hacerlo sentada o parada, lo importante es que puedas hacer los hombros hacia atrás para abrir el pecho.
Inhala profundamente por la nariz y cuenta hasta cinco, poco a poco empieza a exhalar y liberar el aire. Repite varias veces hasta que sientas la diferencia.
Respiración del león o del dragón
Para realizar esta respiración, debes estar sentada en una posición cómoda.
Presiona las palmas de tus manos contra tus rodillas y extiende bien los dedos.
Abre la boca, saca la lengua, baja un poco la barbilla y exhala mientras haces el sonido ‘haaaa’. Repite 2 o tres veces.
Respiración con los labios apretados
Es muy fácil, solo hay que relajar el cuello y los hombros e inhalar por la nariz durante dos segundos contados.
Para exhalar, aprieta los labios como si fueras a chiflar y deja ir la respiración lentamente durante cuatro segundos contados. Repite 4 o cinco veces todos los días.