Gracias a distintos estudios realizados por años con respecto a los efectos del Alzheimer, se ha determinado que la alimentación balanceada y sana es fundamental para potenciar al cerebro. Aunque es imposible atacar con anterioridad la demencia, está demostrado científicamente que algunos alimentos en específicos ayudan a su prevención.
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Pero no solamente la alimentación es la única arma para combatir la demencia. La práctica física con frecuencia ayuda a mantener con fuerzas al cuerpo y a la mente, haciendo a las personas más estables y sociables y con posibilidad de no desarrollar la enfermedad del Alzheimer.
Dieta mediterránea, una gran opción
Ante distintas afecciones, la dieta mediterránea es una opción de precaución ya que proporciona al cerebro nutrientes importantes y fortalece su preparación defensiva. Algunas de las recomendaciones para incluir en la rutina dietética se encuentran:
· Vitaminas de frutas y verduras crudas.
· Polifenoles del aceite de oliva, los arándanos y el jugo de uva roja.
· Ácidos grasos omega-3 que se encuentran en los pescados grasos de mar, así como en el aceite de colza, oliva y linaza prensado en frío. Usarlo frío en ensaladas.
· Nueces en pequeñas cantidades con sus valiosos bloques de construcción de proteínas, oligoelementos y grasas.
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· Café y té verde. También son antioxidantes.
· Beber al menos de dos a tres litros de agua por día.
· Comer poca carne roja y preferir aves de corral.
“Solo una dieta equilibrada proporciona a nuestro cuerpo todos los nutrientes necesarios. Es crucial que las otras medidas preventivas como el ejercicio, la aptitud mental o la nutrición saludable también formen parte permanentemente de un estilo de vida que promueva la salud”, detalla el informe de la entidad.
Prestar especial atención a las enfermedades vasculares es de suma importancia para mantener lejos las enfermedades neurodegenerativas, pero también a la presión arterial alta, la diabetes, las arritmias cardíacas y los niveles elevados de colesterol.