Estilo de Vida

Cada cuánto debemos cambiar las almohadas para dormir mejor

Los especialistas sostienen que se debe poner atención en las almohadas, para conseguir un mejor descanso.

No cabe duda de que uno de los momentos que más añoramos durante todo el día, es llegar a casa y disfrutar de un rico descanso en nuestra cama.

Es ahí donde recuperamos la energía que perdimos durante el día, para estar al 100 en la siguiente mañana.

Sin embargo, debemos ser conscientes de que las condiciones de nuestra cama, colchón y almohadas condicionarán el descanso que podamos tener.

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De hecho, si estos artículos no se encuentran en la mejor forma, en lugar de ayudarnos, podrían perjudicar nuestra salud.

¿Cada cuánto debemos cambiar las almohadas?

De esta manera, aunque no existe un tiempo estipulado para cambiarla, como ocurre con la cama o el colchón, también se debe hacer lo mismo con la almohada.

Por eso, los especialistas recomiendan renovarla cada dos años, aproximadamente.

Así, el periodo de vida de las almohadas es menor que el de los colchones. De acuerdo a la National Sleep Foundation, en estos artículos se suele concentrar la mayor cantidad de ácaros y células muertas, lo que genera malos olores y un peor descanso.

Además, con el paso del tiempo pierden rigidez, otro factor que puede complicar el descanso y sueño de las personas.

Por lo general todas las almohadas que solemos utilizar tienen el mismo tiempo de duración, sin importar que sean de látex o viscoelásticas. Por esa razón, si se nota algún problema, lo más recomendable es cambiarla lo antes posible.

Debemos estar al pendiente de estas acciones:

  • Dolor de espalda o cuello.
  • Insomnio.
  • Sudor durante la noche.
  • Cansancio muscular.
  • Dolor de cabeza constante.
  • Problemas respiratorios debido a los ácaros.

Es importante tomar en cuenta algunos aspectos ante de elegir una almohada.

De acuerdo a la National Sleep Foundation, se debe pensar en si tenemos problemas de espalda, apnea del sueño o reflujo gastroesofágico.

Otros problemas a considerar son:

  1. Posición. Si dormimos boca arriba, necesitamos una almohada de firmeza intermedia para evitar problemas de cervicales. En el caso de que sea de lado, se debe apostar por una de firmeza intermedia-alta. Para los que lo hacen boca abajo, se recomienda una corta y blanda.
  2. Tamaño. Dependerá de las dimensiones de la cama.
  3. Firmeza. Se encuentra relacionado con los problemas musculares que tengamos, la edad y nuestros gustos de descanso.
  4. Transpirabilidad. Es importante en las almohadas para que podamos descansar.
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