Sabemos que el envejecimiento trae consigo un deterioro inevitable del funcionamiento de nuestro organismo.
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En ese sentido, uno de los problemas más frecuentes que caracteriza a los ancianos es la dificultad para conciliar el sueño y la pérdida de memoria, pero ¿Cuál es la causa de esta situación?
Resultados de Investigaciones
Durante mucho tiempo se supo que la capacidad de recordar acontecimientos recientes disminuye con la edad, pero no se conocía la causa. Ahora, un estudio de la Universidad de California en Estados Unidos, publicado en la Revista Mente Sana, ofrece parte de la respuesta.
Los resultados sugieren que “los cambios estructurales que ocurren en el cerebro a medida que envejecemos interfieren en la calidad del sueño, lo que a su vez reduce la capacidad de mantener la memoria a largo plazo”.
“El cortex prefrontal tiende a perder volumen con la edad (atrofia natural producida por el tiempo), y parte de esta región es la que ayuda a mantener la calidad del sueño, lo que es fundamental para consolidar los nuevos recuerdos”.
¿Cómo mitigar esta situación?
Existen algunas recomendaciones para lograr conciliar el sueño con mayor facilidad. De hecho, el Portal de CNN cita al Dr. Raj Dasgupta, profesor asistente de medicina clínica en la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California, que se especializa en el sueño, quien ofrece los siguientes consejos:
¡Levántate!
Si no puedes conciliar el sueño después de 20 minutos, levántate de la cama y ve a otra habitación donde haya poca luz, y haz algo que te calme hasta que te sientas somnoliento nuevamente. Lo mismo se aplica cuando te despiertas por la noche y no puedes volver a dormir.
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Construye un nido
Sigue entrenando a tu cerebro nutriendo el proceso del sueño. Mantén la habitación fresca y oscura. La ciencia nos dice que dormimos mejor en temperaturas más frías de alrededor 15 a 20 grados Celsius.
Prepara una rutina
Cepíllate los dientes, toma un relajante baño o una ducha tibia y luego pasa algún tiempo en la luz tenue leyendo un libro o escuchando música relajante. Puedes probar el yoga o los estiramientos ligeros, pero nada que te acelere. Le estás enseñando a tu cerebro a relajarse.