Es inevitable que el envejecimiento traiga consigo el deterioro progresivo de los órganos del cuerpo y, por ende, de las funciones que éstos ejecutan.
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En ese sentido, el cerebro es uno de esos órganos que puede llegar a sufrir trastornos como la demencia, la cual implica un deterioro claro de dos funciones cerebrales la memoria y la razón.
De acuerdo al sitio web MedlinePlus, la demencia es una pérdida de las funciones mentales lo suficientemente graves como para afectar sus actividades y su vida diaria. Estas funciones incluyen:
- La memoria.
- Habilidades del lenguaje.
- Percepción visual (su capacidad de entender lo que ve).
- Solución de problemas.
- Problemas con el quehacer diario.
- La habilidad de enfocarse y prestar atención.
Vitamina K: un aliado para prevenir el deterioro cognitivo
Diversos estudios han determinado que el consumo de vitamina K disminuye las posibilidades de que el adulto mayor padezca demencia.
Según el Portal sobre estilo de vida Mendoza Post, el profesor El-Sherbiny, autor de estudios sobre que el proceso de envejecimiento considera que “la vitamina K mostró un impacto muy prometedor para controlar el deterioro de las funciones principales”.
“Esta vitamina lo que hizo fue obstaculizar los cambios conductuales, funcionales, bioquímicos e histopatológicos relacionados con el envejecimiento en el cerebro de personas mayores”, acotó el investigador.
¿En qué alimentos podemos hallar la vitamina K?
Hortalizas de hoja verde como:
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-La col.
-La col rizada
-La espinaca.
-Las hojas de nabos.
-La acelga.
-Las hojas de mostaza.
-El perejil.
-La lechuga romana y la lechuga de hoja verde.
Verduras como:
-Las coles de Bruselas.
-El brócoli.
-La coliflor.
-El repollo.
También la vitamina K se puede encontrar, aunque en menos cantidades, en el pescado, el hígado, la carne de res, los huevos y cereales.