No deja de preocupar en el mundo los reiterados casos de violencia en las escuelas públicas y privadas. Es cierto que en los últimos años se ha tratado de concientizar sobre este grave problema, sin embargo, no se ha podido lograr el objetivo y así lo hizo saber la UNICEF al indicar en su más reciente informe que uno de cada tres niños sufren de bullying en todo el mundo.
PUBLICIDAD
La psicóloga y psicoanalista Isabel Mansione y la psiquiatra y psicoanalista infato-juvenil Diana Zac, ambas de la Asociación Psicoanalítica de Buenos Aires (APdeBA) y del Departamento de Investigación del Instituto Universitario de Salud Mental (IUSAM), se especializan en el tema y colaboran en proyectos e investigaciones para la prevención de la salud integral hace más de 30 años.
Ambas profesionales indican que los menores se pelean cuando nos los cuidan e, inconscientemente, añoran los límites de los adultos. “Los niños sienten la violencia que les genera la ausencia de la persona que se necesita y se espera encontrar en el lugar en el que se la suele encontrar. Vemos que conocen de su necesidad de que un cuidador adulto los ayude a regular la hostilidad propia de todo ser humano, ya que aún no pueden hacerlo por sí mismos. Desde las propias teorías de los niños, recogemos su vivencia de que los límites pueden significar protección y cuidado de la vida”.
Responsabilidad de las escuelas
Sin duda alguna cuando se menciona la palabra “escuela” o “colegio”, automáticamente se habla de un segundo hogar. Es cierto que nada sustituye el hogar familiar y que toda la responsabilidad de la educación se le debe de derivas a las instituciones escolares. Pero si es de gran importancia que dichos organismo ayuden al crecimiento y contención de niños y adolescentes.
Ante esto, Mansione y Zac coinciden en que “la escuela es una institución muy valiosa y querida que puede convertirse en un escenario muy adecuado para la prevención de la salud integral en las interacciones. Hemos detectado que es en parte por eso que allí muchas veces la violencia se externaliza, esperando encontrar un continente y un alivio a las tensiones que subyacen. la escuela puede ser un amortiguador en las situaciones de riesgo, proponiendo posibles soluciones que incluyan una salida esperanzada hacia el futuro a través de relaciones gratificantes”.
Acoso escolar entendido por los niños
En dicha investigación en la que también participaron las especialistas se realizó en escuelas primarias de la provincia de Buenos Aires, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y de Portici y Pioltello, ciudades de Napoles y de Milán respectivamente con los que trabajaron en conjunto.
El estudio se focalizó en el acoso escolar y cómo lo entienden los propios niños y adolescentes (de 8 a 14 años), en base a un cuestionario con preguntas abiertas y otras de elección múltiple. “Del análisis cualitativo, surge que la primera respuesta de niños y jóvenes resulta complaciente con la mentalidad del adulto, sobre todo, cuando dicen ´pensamos antes de actuar´ o bien ´consultamos con otro´, porque es lo que en cada país les han sugerido los docentes en sus clases habituales como la conducta deseable”, detallan las psicólogas.
Los resultados de la investigación arrojaron que solo un 15% de los estudiantes reconoce la impulsividad, en tanto que los adultos ven un número mucho mayor de niños impulsivos y lo perciben como la causa principal de la violencia.