Seguramente la mayoría de las personas en algún momento de su vida han experimentado dificultad para dormir, bien sea por distintas preocupaciones, cambios en la alimentación, estrés laboral o simplemente por estar en un nuevo lugar.
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La falta de descanso puede repercutir negativamente en el desempeño diario y hasta en la salud de una persona, es por eso que en medio de todo el cansancio que puede conllevar pasar días y meses de mal dormir, hay que tomar cartas en el asunto.
Aunque en ocasiones no hay manera de modificar esos factores que afectan, sí se puede ajustar una rutina que te ayude a conciliar el sueño.
La regla de los 20 minutos
En primer lugar, si te fuiste a la cama y 20 minutos después aún sigues dando vueltas sin señales de bostezo, levántate y busca algo relajante que hacer. Bien sea leer, escuchar música y hasta colorear, algo que te haga dejar a un lado las forzadas ganas de dormir.
Acondicionar el ambiente
Así como decoramos la casa para celebrar el cumpleaños o para navidad, lo mismo se debería hacer para crear un ambiente de descanso.
Una cortina que impida la entrada de luz, un aromatizador, cómodas almohadas, tapones para oídos, un antifaz y hasta una linda pijama podría ayudar en el proceso.
Tomar un baño relajante
Darse una ducha tibia antes de irse a la cama es una excelente terapia para relajar el cuerpo y darle aviso que es hora de dormir.
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Puedes buscar algún aceite esencial, como de lavanda o mandarina para aromatizar el baño.
Cuidar las comidas
Evita las comidas pesadas antes de dormir, lo ideal es comer un par de horas antes para llegar a la cama ligero y no en plena digestión.
Por otro lado, elimina el café, el alcohol o las bebidas estimulantes desde el mediodía. Lo que sí te puede caer bien es un té caliente de tilo o manzanilla cerca de la hora de dormir.
Nota: Incorporar de a poco la meditación te ayudará a despejar la mente y a conciliar el sueño con más facilidad.