Nicolás Cage es uno de los actores más icónico y excéntrico de Hollywood. Su carrera actoral está lleno de altas y bajas y en muchas oportunidades le ha tocado resurgir de las cenizas como el ave fénix.
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El actor, que comenzó su carrera en papeles serios como La ley de la calle o Birdy, logró alzarse con el Oscar en el año 1995 por su papel en Leaving las Vegas.
A sus 58 años ha tenido grandes logros pero también muchos fracasos y fue su sobrino Francis Ford Coppola, quien lo guío en una carrera aún más exitosa tras haber pasado por un mal momento.
Junto a Coppola logró roles en películas independientes a las órdenes de algunos de los mejores directores del circuito: Panos Cosmatos (Mandy), Paul Schrader (Como perros salvajes) o Richard Stanley (Color out of Space).
Una vida bizarra
Más allá de sus fracasos profesionales y sus aciertos, el actor de Hollywood lleva no sólo una vida bizarra, sino llena de muchas excentricidades que para cualquiera sería una locura.
Su verdadero nombre es Nicolas Coppola pero su fanatismo por Marvel lo llevó a cambiarse el nombre en honor al personaje de Marvel Luke Cage, Nicolás Cage.
Cage dijo en 1992 en el programa televisivo The Tonight Show with Jay Leno, que había tomado el nombre de Cage de un personaje de Marvel, al que definió como el “primer superhéroe negro”, según el portal Sensacine.
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Pero Nicolas no es sólo fanático de los héroes de Marvel, sino de Superman. Su adoración por el personajes es tan fuerte que cuando se convirtió en padre por segunda vez -a la edad de 41 años- junto a su tercera mujer Alice Kim, decidió llamar a su hijo Kal-El Cage.
Entre castillos y animales peligrosos
El actor es fanático del mundo mediaval y por eso en el año 1997 se trasladó a vivir a la reproducción de un castillo a las afueras de Los Ángeles.
También adquirió un enorme castillo de estilo gótico situado en Midford (Gran Bretaña) que no lo compró a modo de inversión, sino que lo usa como vivienda cuando quiere escapar de la ruidosa y agitada ciudad de Nueva Orleans donde reside.
Ahí, igual, compró por un tiempo la casa más embrujada de Estados Unidos; se trata de la mansión LaLaurie.
Quienes vieron ‘American Horror Story’ la recordarán, aquellos que no, se las contamos acá. Madame LaLaurie vivió en la enorme casona donde se presume implementaba torturas y castigos tremendos a sus esclavos.
Por tanto dolor y sufrimiento, los rumores dicen que los espíritus se quedaron a atormentar a quien habitara en ella. Cage la compró pero poco después la vendió sin razón aparente.
Además, Nicolas es un amante de los reptiles y de otros animales de sangre fría y adquirió, por la suma de 270 mil dólares, dos peligrosas cobras albinas a las que adoptó en su casa como mascotas.
Aseguran personas cercanas a su entorno que Cage guardaba en el botiquín de su casa el antídoto contra el veneno de estos letales animales.
Asimismo, adquirió varios cocodrilos para su castillo en las afueras de Los Ángeles. Suma a su zoológico un tiburón (que nada en un enorme tanque) y un pulpo gigante por el que pagó 150 mil dólares.
La muerte su mausoleo y cráneos de dinosaurios
Nicolás Cage está obsesionado con la muerte, el más allá y el ocultismo, razón por la cual mandó a construir en el cementerio de Nueva Orleans un mausoleo con forma de pirámide, que servirá de tumba cuando fallezca. Sobre la puerta de la construcción se puede leer la siguiente frase escrita en latín: “Omnia ab uno” (Todos somos uno).
Entre sus muchas excentricidades, el actor es todo un estudioso de los dinosaurios y en 2007 adquirió en una subasta un cráneo fosilizado de Tiranosaurio por el monto de 276 mil dólares.
Pero tiempo después descubrió que el artículo con más de siete millones de años de antigüedad era un objeto robado y, tras el Departamento del Tesoro de Estados Unidos comprobar que si fue un robo, Cage accedió sin pensarlo a devolverlo al gobierno de Mongolia