Científicos catalanes confirmaron que el COVID-19 es una infección estacional como la gripe, vinculada a las bajas temperaturas y la humedad.
PUBLICIDAD
Los resultados de su investigación los publicaron en la revista especializada Nature Computational Science.
Esta investigación respalda la necesidad de cambiar a medidas que promuevan “la higiene del aire”, es decir, la mejor ventilación interior, debido a la transmisión aérea del SARS-CoV-2, el virus que causa la enfermedad.
Xavier Rodó, director del Programa Clima y Salud del Instituto de Salud Global de Barcelona, estuvo al frente de la investigación, necesaria para “determinar medidas de intervención”.
“Nuestros hallazgos respaldan la visión del COVID-19 como una verdadera infección estacional a baja temperatura, similar a la influenza y a los coronavirus circulantes más benignos”, resalta Rodó.
El análisis de los científicos de ISGlobal sobre el COVID-19 y su propagación
La pregunta clave es, ¿está asociada, en su fase inicial, la propagación del SARS-CoV-2 a la temperatura y la humedad? De acuerdo con los investigadores, las tasas de transmisión más altas se asociaroncon temperaturas y humedad más bajas.
Los científicos identificaron patrones de variación en diferentes ventanas de tiempo. Las primeras olas epidémicas disminuyeron a medida que aumentaban la temperatura y la humedad; pero la segunda ola aumentó, a medida que las temperaturas y la humedad cayeron.
PUBLICIDAD
El patrón se rompió durante el verano en todos los continentes.
Alejandro Fontal, investigador de ISGlobal, expresó: “Esto podría explicarse por varios factores, entre ellos las reuniones masivas de jóvenes, el turismo y la climatización”.
El ISGlobal adaptó el modelo a los países del hemisferio sur: se observó la misma correlación negativa. Aunque los registros disponibles son breves, se destaca que los efectos climáticos fueron más evidentes a temperaturas entre 12 y 18 °C, y los niveles de humedad entre 4 y 12 g/m cúbicos.
Algunas conclusiones
Una de las conclusiones más destacadas del estudio es que la incorporación de la temperatura en la tasa de transmisión funciona mejor para predecir el ascenso y la caída de las diferentes olas.
La estacionalidad contribuye a la transmisión del SARS-CoV-2. Las condiciones de baja humedad aumentan la transmisión por el aire de virus estacionales, como la gripe.
Es esencial la necesidad de incluir parámetros meteorológicos en la evaluación y planificación de las medidas de control, resaltan los expertos.
Hasta este viernes, han fallecido en todo el mundo 4.93 millones de personas de un total de 242 millones de casos. La difusión de las vacunas y el uso de protección como mascarillas y distanciamiento social, ayudaron a frenar la enorme cantidad de muertes.
Estados Unidos es el país más afectado por la enfermedad, con 733 mil fallecidos, seguido de Brasil (605 mil) y la India (453 mil).