Por: Vanessa Cruzado
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Katy Perry regresó luego de casi tres años a Perú para presentar su más reciente disco ‘Witness’ en el Jockey Club. Favorita a llevarse el ‘premio’ a mejor concierto pop del año, la cantante estadounidense de 33 años deslumbró a los miles de KatyCats, como se hacen llamar sus seguidores, transportándolos a otra galaxia.
Pero Katy no vino sola. Su artista invitada ya daba que hablar. Y es que Bebe Rexha, pese a tener tiempo en la industria, ha empezado a posicionarse en los tops musicales más importantes. La neoyorkina, por primera vez en Perú, ofreció su último concierto dentro del Witness Tour.
Marcaban las 7:45 p.m. y Rexha aparece en el escenario. Me, Myself and I suena y el recinto la recibe ansioso. ‘Hola Perú, cómo estás’, pregunta Bebe para romper el hielo. ‘Las chicas de Perú son muy bonitas’, dice seguido de los gritos del lugar. Luego, como máquina, da paso a Bad Bitch, No Broken Hearts y Hey Mama. Solo se detiene entre canción para agradecer a la audiencia por estar ahí.
Incluir a In the Name of Love, un himno -quizás- para los que creen en el amor en le setlist, provocó que el Jockey Club cambie de ambiente. Ahora, todo tenía un tono más amoroso. Ello se consagró con _Meant to be (canción que se posicionó como número uno en el Billboard’s Country) donde Rexha dedica su canción favorita al público y, juntos, entonan las notas.
‘¿Están listos para ver a Katy Perry?’, fue una de las preguntas que desató gritos. ‘Quiero decirles algo… Ella está en el backstage alistándose. Quiero que la traten como merece, es la reina. Es una de las pocas mujeres en la industria que es jodidamente real y la amo por eso’ y con ese discurso, Bebe Rexha procede a despedirse de la audiencia con su hit I got you.
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Un concierto de otro mundo
Faltaban menos de 30 minutos para que Katy Perry salga al escenario y la expectativa crecía. Los KatyCats, en su mayoría adolescentes, continuaban llegando acompañados de sus padres. Fans vestidas de novia (en homenaje a Hot and Cold) o que llevaban un ojo (como la portada del disco) en su ropa, menores que usaban el cintillo de ‘Katy Perry: Witness Tour Peru-2018’ y carteles con mensajes en inglés eran algunas de las muestras de cariño por parte de los peruanos.
El concierto no empezó a la hora pactada y eso desesperó a los asistentes. Diez minutos después, los músicos de la cantante salen al escenario central y el ojo -que estaba en la pantalla- empieza a tornarse rojo para proceder a proyectar imágenes interestelares. De repente, el público voltea y, en el segundo escenario, una mujer vestida de dorado sale del medio. ‘Hola Peruuú’, dice una voz enérgica. En ese momento, los asistentes estábamos alejados de la coyuntura política, nos transportaron a otro mundo.
En su primer acto, Katy presentaba su nuevo disco. Inició con Witness y advirtió que el público estaba ahí para disfrutar. Elevó los actos en el escenario con Roulette, Dark Horse y Chained to the Rhythm. Tal y como lo había prometido, Perry hizo bailar al público llevándolos al pasado. Teenage Dream se convirtió, paradójicamente, en el himno de los adultos que acompañaban a sus hijos.
Katy, que ya había cambiado de vestimenta, empezó a quitarse el saco rojo. Iluminada con una luz blanca, la cantante de 33 años empieza a interactuar en español con la audiencia. ‘Hola, me llamo Katy. ¿Cómo están?’, preguntó y, cuando el público empezó a responderle, esbozó una sonrisa.
La pantalla que estaba en su busto dio pistas de su siguiente canción pero la artista lo llevó a otro nivel. ‘¿Cómo se dice ‘Hot’ en español?’. ‘Caliente’, respondió el público. Lo mismo hizo con ‘Cold’ y empezó a jugar con su español. ‘Caliente y frío, frío y caliente’, decía mientras el público se reía. Hot and Cold se apoderó del lugar y continuó la fiesta con Last Friday night, ‘aunque estamos miércoles’, recalcó.
Katheryn Elizabeth
En California Gurls, Katy da pase al recordado -y esta vez sincronizado- Left Shark. Ambos fueron al segundo escenario y la artista manifestó que quería seguir aprendiendo español. Había pasado alrededor de media hora desde que inició el concierto pero esto parecía convertirse en el momento de la noche: un KatyCat llega al escenario.
Marco, con su letrero: I can teach you Spanish (Puedo enseñarte español), llamó la atención de Perry y se convirtió en su traductor. Luego de que la cantante contara que había visitado Ica y estaba cautivada por la cultura del país, el joven le dedicó unas emotivas palabras: ‘[Los Katycats] no quieren verte triste. Ellos te aman, yo te amo cuando sonríes porque eres la mejor, Katheryn Elizabeth’.
El reloj marcaba las 10:11 p.m. y Katy fue ‘comida’ por una simulación de planta carnívora en Bon Appètit. Wide Awake marcaba el cuarto y último acto de Perry en nuestro país. Desde ahí, ‘los amo más’ se convirtió en la frase clave.
‘Esta siguiente canción se la quiero dedicar a todos ustedes y, en especial, al katycat que murió en 2015’, segundos de silencio después, Katheryn Elizabeth regaló Unconditionally.
En una entrevista, Katy Perry admitió que sabía de la situación futbolística de Perú y brindó su apoyo a la blanquirroja. Esa noche, la cantante dejó en evidencia que también estaba consciente de la coyuntura del país. ‘Hoy ha sido un día interesante para ustedes, ¿no?’ y, de repente, esa máquina que nos había transportado a otro mundo se detuvo. ‘Pero recuerden, ustedes tienen el poder. No dejen que nadie corte sus alas’, fue el ‘hechizo’ que hizo poner todo en marcha de nuevo.
Power, Part of Me y Swish Swish dieron fuerza al público para que puedan rugir. Luego de Roar, el escenario se tornó oscuro pero los músicos de la cantante seguían en escena. Luego de unos minutos, a eso de 10:55 p.m., sale en el segundo escenario una mano gigante. Katy Perry vuelve hacer la última entrada triunfal. Con un vestido palo rosa, la cantante agradece a los asistentes. Firework marca el cierre y, con ello, el fin del viaje a otro mundo.
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