José Barreto
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¿Cómo te animaste a hacer esta adaptación?
Yo leí la novela de Alonso Cueto el 2007 y, coincidentemente, pasaba por un proceso parecido al de su protagonista, Adrián Ormache. Mi padre acababa de fallecer y yo había decidido ir tras sus pasos para conocer sus facetas ocultas.
¿Qué otros ángulos te parecieron atractivos de la novela?
Me atrapó el hecho de que la novela habla de la reconciliación en dos niveles: el primero es el de Adrián con su padre fallecido y, el segundo, el del mundo limeño con el del ande. Me gusta que Cueto dé una mirada optimista del tema, esperanzadora. No es que se niegue lo malo que sucedió en la época del terrorismo, pero hay un entendimiento entre Adrián y Miriam.
¿Cómo fue el trato con Alonso Cueto?
Firmé un contrato de adaptación exclusiva. Y si bien en los términos no se contemplaba que él supervisaría mi trabajo, yo siempre le mandaba los avances de mi guion.
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¿Cuál dirías que ha sido el ángulo que has explotado de la novela para esta adaptación?
Yo he contado la novela desde un punto bastante personal. Yo viví la guerra interna siendo una niña limeña, queriendo saber por qué pasaban las cosas. Y ese es el punto que he explotado. Y ese es el mensaje: conocer lo que pasó. Para avanzar, hay que hacer las paces con el pasado.
¿Sientes que las nuevas generaciones muestran cada vez menos interés por conocer lo que sucedió en la época del terrorismo?
Sí, y es una pena. A veces me siento muy mal cuando escucho a jóvenes decir: ‘Ay, es otra película sobre el terrorismo’. Me preocupa mucho y me da hasta lástima. A mi parecer, creo que cualquier historia sobre el terrorismo en nuestro país debe ser contada. Hasta la fecha siguen haciéndose películas sobre el Holocausto porque son necesarias. Lo peor que podemos hacer es pensar que el olvido nos llevará a superar esa etapa.