Hay dos cosas que dicen mucho de la indumentaria moderna en estos días y que reflejan el estado de la época actual: los memes, los seguidores en Instagram y el estilo que se impone estéticamente en redes sociales, en maquillaje y en tutoriales. La familia Kardashian cumple con todas las características.
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Son estandartes de las celebridades famosas por ser famosas y de la cultura de la irrelevancia, que han sabido capitalizar con un emporio que abarca desde emojis y juegos de video, hasta líneas de ropa y maquillaje. Y en el aspecto estético, la familia parece escindida en dos: Está el estilo nineties y accesible de las Jenner. Y por otro lado, se cuestiona mucho el gusto de Kim Kardashian , que evoca toda la indumentaria ‘newly rich’ de los millonarios de Los Ángeles y del reality show de clase media enriquecida: vestidos súper ajustados, extensiones, taconazos y tendencias desperdigadas en lo excesivo.
Aunque es bien sabido que Kanye West tuvo una gran influencia sobre ella, cosa que la hizo refinarse más a través de estilismos más sobrios, es común hacerle ‘body shaming’ con una elección que choca a la vista de los internautas, que no le rebajan nada. Y también de los árbitros de estilo que han cimentado las bases del gusto en la industria de moda. Aunque Anna Wintour la haya puesto en la portada de ‘Vogue’, solo tenía una razón para hacerlo: ‘Queríamos ir en contra de los postulados de la revista’, afirmó.
La más famosa del clan ha hecho de Olivier Rousteing y Balmain su fórmula para brillar, aunque esto no le garantice nunca estar en la lista de las mejor vestidas. Lo contrario: con un cuerpo con el suyo, que debería ser el ‘new normal’ ya en estos días, ella sigue siendo blanco común de quienes ven en su figura cómo un vestido de pasarela puede llegar a lucir ‘mal’.
Le pasó con Jean Paul Gaultier en los Grammy del año pasado, por ejemplo. Ni se diga del Balmain que usó para la reciente Gala del MET y que es un modelo muy característico de ella: el vestido body conscious que resaltó sus atributos, pero en metálico. O el vestido que usó en los VMA’s, embarazada de Saint. Y los memes no han parado.
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Ya la habían comparado, cuando ‘rompió Internet’ con su editorial en la revista ‘Paper’, como la nueva ‘Venus Hotentote’, la pobre africana con esteatopigia que parecía un fenómeno de circo por estos atributos. ¿Falta mucho para aceptar el cuerpo de alguien como Kim Kardashian , o simplemente son sus elecciones los que la hacen inmerecedora del puesto de ícono de moda ?
Quizás en la década pasada, sí supo aprovechar la estética del exceso a su favor: la famosa Kardashian Kollection, vendida en SEARS llegó a facturar 600 millones de dólares hace tres años. Era ropa accesible y muy ‘bling bling’, como la que solía usar en las primeras temporadas de ‘Keeping Up With The Kardashians’. Luego de que llegó Kanye, lo relevó la estilista Mónica Rose y la estrella optó por usar todo de firma, equivocándose menos en sus elecciones. Y la gran cadena dejó de vender sus vestidos pegados y taconazos, sello de estilo que también tiene su hermana menor Kylie. Y de esta manera, ella ha cambiado con los tiempos las tendencias. Pero en esto la aventajan las menores de la familia, que ahora son más referencia de lo que alguna vez Kim pudo ser.
Kendall, ¿la única Kardashian con clase?
La transición de la familia más famosa del mundo no se hizo de la noche a la mañana y contó con ayuda. Más especificamente de Mónica Rose, estilista también de las hermanas Hadid y quien volvió a poner en la palestra cosas como la falda lápiz, los crop tops, los vestidos body conscious las sandalias de tacón. Pero quien quizás ha contentado a los fashionistas indignados con tanta estética newly richer propia del hip hop ha sido Kendall Jenner, que ha enfrentado todo para lograr labrarse un nombre sola. Desde bullying y cartas abiertas de modelos que le dicen que ella les quita el trabajo por su apellido, hasta a su propio padre, Caitlyn, a quien le prohibió asistir a sus desfiles porque quería que la viesen a ella y no a su familia.
Kendall ha luchado, pero por ser tan efortless y menos rechinante que todas sus hermanas, es asidua del street style en las grandes revistas por sus combinaciones minimalistas, sobrias y con un toque edgy. Ese estilo urbano o femenino que puede adaptar a través de prendas de colores únicos, sus bolsos y sus carteras, la han hecho una gran influencer.
Y, aunque sus looks combinan con versatilidad lo elegante y funcional, Kendall Jenner, para Calvin Klein por ejemplo, está lejos de ser como Kate Moss (dijo que solo era famosa por sus seguidores en Instagram ). Sin embargo, la menor de la familia más mediática de Estados Unidos es su equivalente contemporáneo: sus millones de seguidores en redes y los atuendos que la hacen la más sobria de su familia, han inspirado a miles de jóvenes a querer copiarla, así como a su hermana Kylie, que si bien parece querer copiar el estilo de su hermana mayor Kim, logró, también a través de sus redes sociales, volver a imponer el estilo de los años noventa.
Kylie involuntariamente hasta creó una manera de maquillarse (como en su momento Kim con el contouring). El #KylieJennerChallenge hizo que muchos incautos lastimaran sus labios. Por eso, en su aplicación, Kylie muestra cómo maquilla sus famosos labios mate. Y esto le dio para hacer su propia línea de cosméticos con vertientes mate y metálicas, que han sido un rotundo éxito.. Si se busca en Google ‘Kylie Jenner Lips’, tendrán solo la friolera de 1’090.000 búsquedas. Sin contar tutoriales de Youtube que imitan tanto el maquillaje que usa, como la ropa que se pone su hermana mayor.
Con esto queda claro que, entre estas dos corrientes, todas las Kardashian se han encargado de imponer tendencias impensables hasta hace cuatro años. No inventaron nada, pero han sabido capitalizarlo todo: la faja de entrenamiento, que lleva de vuelta a los tiempos del corsé. Las ‘butt selfies’.
El ‘side boob’, por sus vestidos reveladores. ¿Qué más les falta por hacer? Solo las redes, su fuente de vida prestigio, lo dirán a futuro. Por ahora estos tiempos se deleitan con un jumpsuit de Kendall… y con el nuevo ‘fail’ de Kim en un evento cualquiera.
Son famosas porque a la nueva generación le faltaba un referente’ Kika Rocha, Experta e influencer en moda y belleza radicada en Nueva York
¿Por qué crees que son famosas las Kardashian? ¿Son una influencia?
Jamás me he visto por principio el reality y no las admiro, mas no puedo desconocer su influencia. Sí veo que revolucionaron el mundo, pero de ellas solo me gusta Kendall Jenner. Tiene más presencia, glamour y clase. Lo que admiro de ellas es que permitieron identificarse y empoderarse a muchas mujeres con cierto tipo de cuerpo y estética que antes era marginado. Ellas muestran que pasó la época en la que se debían tener ciertas medidas para ser bellas. Han sido hábiles. Tienen un emporio con su nombre y su madre ha sido muy ingeniosa para construir esa plataforma.
¿Por qué crees que son tan seguidas?
Porque representan el ser atrevidas. Esa voluntad que dice: ‘Miren que sí se puede y miren cómo me lo hago yo’. Por ese lado se identifica mucha gente, ellas crean sueños y concentran en ellas tal vez lo que otras jóvenes quieren hacerse y no pueden por falta de dinero y/o posibilidades. Pero incitan a romper moldes y patrones, a cambiarse la cara por completo. Rompen muchas reglas de decoro y respeto, pero en este mundo todo es válido. Admiro lo que han logrado, pero no quisiera ser como ellas.
¿Crees que han innovado en la moda?
No se inventaron nada. De hecho, mostraron todo lo que existía a las nuevas generaciones que no tenían un punto de referencia. Para mí (Kim Kardashian ) es una Brigitte Bardott, por ejemplo. Ellas son referencias para las generaciones más jóvenes. De esta manera arrasan y cambian el panorama estético y cultural, así como de relaciones. No hay límites con ellas. Por un lado es empoderante e intimidante y no sabemos cómo van a terminar ellas. Hasta ahora nos muestran la cima, pero falta el desenlace. ¿Tienen final feliz de princesa? No se sabe.
¿Por qué a Kim la destrozan y a Kendall la alaban?
La percha determina cómo se ve la ropa. Ponle a Kim y a Kendall el mismo vestido y los resultados son estéticamente distintos. Tiene que ver principalmente con esto, la estética. Pero para gustos se hicieron los colores.
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¡A la cañita dile no!
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