Por: Verónica Klingenberger
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Space Oddity cumple 45 años y pronostico que cumplirá 45 más sin envejecer un ápice. La escuché hace poco a todo volumen como pieza fundamental de la banda sonora de La vida secreta de Walter Mitty, película de Ben Stiller, y comprobé de reojo que una señora de unos 70 años marcaba el ritmo con el dedo índice de su mano derecha. Incluido en el primer álbum de David Bowie, el single interestelar fue lanzado en 1969, año en que el hombre pisó la Luna con una botaza blanca y clavó la bandera estadounidense sobre su inmaculado polvo espacial. De hecho, la BBC usó la canción como fondo musical de su transmisión en vivo.
45 años más tarde, Major Tom flota aún en el espacio. Su aventura se convirtió en tragedia y en una hermosa crónica sobre un viajero espacial que pierde contacto con la Tierra. Sentado sobre lo que él llama una lata, Major Tom se sobrecoge viendo, desde muy arriba, un planeta -el nuestro- azul y triste (en inglés es la misma palabra: blue). Lo último que escuchamos de él es un encargo: que alguien le diga a su esposa cuánto la ama. Pero la odisea no termina ahí.
En Rocketman, el hit escrito por Elton John y Bernie Taupin en 1972, un astronauta muy parecido al mayor de Bowie se prepara para ser lanzado al espacio y teme ser tragado por él durante ‘mucho mucho tiempo’. Bowie, un caballero, le devolvió el saludo a Sir Elton en una versión en vivo de Space Oddity que aparece en el álbum lanzado en 1996: David Bowie BBC Sessions 1969-1972. Y hubo otros. En 1983, Peter Shilling se coló en la misma misión y lanzó Major Tom (I’m Coming Home).
El propio Bowie es quien nos confirmó que Major Tom sigue vivo. En Ashes to Ashes, del Scary Monsters and Super Creeps (1980), la base de control en la Tierra recibe un mensaje del astronauta: ‘Soy feliz, espero que ustedes sean felices también. Amé a todos los que necesité amar’. En esa canción, Major Tom es descrito como un ‘junkie’ que está ‘high’ en el cielo. Aunque al mismo tiempo podría estar tocando fondo por ese peligroso vuelo.
No queda claro si la palabra ‘junkie’ se refiere a un drogadicto que pierde contacto con la realidad o si es solo una metáfora de la vehemencia de este viajero en su misión exploradora del universo. Lo único que sabemos es que Bowie escribió Space Oddity al poco tiempo de ver 2001: Odisea en el espacio, la obra maestra de Stanley Kubrick en 1968. Así que, al menos por ahora, prefiero quedarme con la segunda opción.