La nueva obra del maestro neoyorquino también marca su regreso a Estados Unidos después de un largo periplo por Europa, donde realizó siete de sus últimas ocho películas, entre ellas “Midnight in Paris” (2011), su mayor éxito comercial a la fecha.
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“Blue Jasmine” se lanzó el viernes en seis salas de Nueva York y Los Ángeles, y comenzará a exhibirse en distintas ciudades semana tras semana, hasta su estreno nacional el 23 de agosto (a América Latina llegará en septiembre).
La película, rodada en Nueva York y San Francisco, descansa casi exclusivamente en los hombros de la actriz australiana Cate Blanchett, quien quería filmar con Woody Allen desde hacía mucho tiempo.
“Había perdido la esperanza de trabajar con él, pensé que no le interesaba”, declaró en una reciente conferencia de prensa en Beverly Hills.
Blanchett encarna a Jasmine, la esposa de un acaudalado inversor financiero inspirado en Bernard Madoff (Alec Baldwin), que pierde su fortuna y su lugar en la alta sociedad de Nueva York cuando su marido es arrestado por fraude.
Completamente desestabilizada y psicológicamente frágil, Jasmine decide rehacer su vida en San Francisco, adonde se muda con su hermana (Sally Hawkins), con la que no tiene nada en común.
“Me siento privilegiado de interpretar el papel principal en una película de Woody Allen. Ha influido en la cultura popular de maneras que ni siquiera tenemos idea”, dijo la actriz, que ganó un Óscar en 2005 por “The Aviator”.
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“Apenas leí el guión me pareció fantástico. Está impecablemente estructurado, es absurdo y trágico al mismo tiempo”, añadió. “Creo que (Woody Allen) desprecia y adora a Jasmine. Ella le fascina”
“Si se piensa en todas los extraordinarios retratos de mujeres que él ha creado, con actrices tan maravillosas, vemos que (Allen) está fascinado y ama a las mujeres, su exuberancia, su inteligencia, sus miedos, sus fobias”, dijo.
“La locura se puede instalar muy rápidamente” Cate Blanchett encarna a la maravilla la inestabilidad crónica de Jasmine, su fuga desesperada y su obsesión por encontrar su lugar y un consuelo ilusorio entre el vodka y los antidepresivos.
La actriz dijo que “no tuvo necesidad de querer” a Jasmine para encarnarla, sino que sintió por ella una forma de “compasión”.
“No creo que uno tenga que querer (a su personaje). Esto abre la puerta al sentimentalismo. Especialmente con alguien como Jasmine, que hizo un montón de cosas desagradables”, dijo.
“Pero si uno comprende por qué un personaje hace lo que hace, por qué actúa de cierta manera, entonces su trabajo es revelarlo. Es importante ser compasivo”, explicó.
La actriz, destacada en la trilogía de “El Señor de los Anillos”, “El curioso caso de Benjamin Button” o “Robin Hood”, dijo que recibió algunas indicaciones de Woody Allen, “monosilábico” con respecto a la dirección de actores.
“Me respondía cuando le parecían preguntas interesantes. De lo contrario, me ignoraba y volvía a su Blackberry”, bromeó.
Para la actriz, el destino de Jasmine es una triste realidad para muchas personas.
“Esto sucede en todas partes. Cuando el sentido de una persona tiene que ver con una relación amorosa, un estatus económico, y un grupo social, cuando todo esto desaparece, uno se tiene que mirar el espejo, a menudo en mitad de la vida, y preguntarse ‘¿Quién demonios soy yo?’”, dijo.
“Y si uno no tiene una seguridad financiera, una estructura de apoyo, entonces la locura se puede instalar muy rápidamente”.