El arte puede estar en cualquier objeto cotidiano, incluso en los vasos de tecnopor para el café. El artista malasio Cheeming Boey requirió de un simple marcador negro, varios vasos descartables y mucha creatividad para derrochar su talento en Estados Unidos.
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Boey cuenta que sus obras nacieron hace seis años de pura casualidad en un café de Irvine, California. Necesitado de papel para dibujar y pasar el rato, utilizó su marcador negro para pintar encima de los vasitos de café.
Lo que valora Boey de sus obras es que dota de cierta belleza un material que está destinado a la basura luego de ser utilizado.