El servicio de inteligencia británico, el MI5, que en la década de 1950 investigó las supuestas simpatías comunistas de Charles Chaplin, nunca encontró rastros de su nacimiento en Londres y cuestionó su “peligrosidad” política, según documentos divulgados el viernes.
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La inteligencia británica había recibido en 1952 un pedido de la embajada de Estados Unidos para investigar al cineasta, acusado de haberse convertido en un agente oculto del Partido Comunista de Estados Unidos en 1923, vínculos que supuestamente mantenía 30 años más tarde.
La investigación no salió del punto muerto, muestran los documentos del MI5 que el Archivo Nacional británico tornó públicos.
Los agentes no encontraron ningún certificado de nacimiento del estelar cineasta, supuestamente ocurrido en 1889 en un barrio pobre de Londres, donde habría vivido hasta emigrar a Estados Unidos en 1910.
“No hay rastros en los archivos sobre Charles Chaplin”, y ni siquiera “pruebas de que el verdadero nombre de Chaplin haya sido Israel Thornstein”, nombre de un judío ruso sugerido por Estados Unidos, escribieron los agentes del servicio secreto británico en esa época.
También descartaron la idea de que Charles Spencer (que usaba el nombre artístico de Charles Chaplin) haya nacido en Francia, como llegó a ser anunciado.
La ausencia de cualquier pista sobre el nacimiento del astro no representó un problema para el entonces director del sector anti subversión del MI5, John Marriott.
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“Es curioso que no hayamos encontrado ningún archivo sobre el nacimiento de Chaplin, pero considero que eso no tiene ninguna importancia desde el punto de la seguridad”, escribió.
En 1953 Chaplin viajó a Londres para hace promoción de una de sus películas y fue sorprendido por la prohibición que Estados Unidos determinó con relación a su retorno. Estados Unidos vivía entonces la fiebre antisoviética, aunque Chaplin siempre negó sus simpatías por el comunismo.
Cinco años más tarde, los servicios británicos tuvieron que admitir que jamás estuvieron convencidos de la veracidad de las acusaciones estadounidenses, y concluyeron que no había cualquier elemento que permita considerar a Chaplin como un riesgo a la seguridad nacional.
Según el MI5, se trataba de un hombre “progresista” o hasta de un “radical” más que un comunista, aunque apuntó que algunas personas utilizaban la condición de “víctimas del McCarthysmo” para ayudar a los intereses soviéticos.