Leila Lopes nunca pensó que llegaría hasta donde está y se convertiría en Miss Universo. La estudiante de negocios de Benguela (Angola) venció a otras 88 competidoras y se convirtió en la mujer más envidiada del mundo.
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¿Qué cualidades crees que impresionaron a los jueces? Creo que fue mi belleza interior y mi sonrisa, que muestra mi alma. La competencia pone nerviosos a todos, pero yo mantuve mi espíritu alegre.
¿Alguna vez pensaste en competir aquí? No, porque soy muy tímida. Pensar que tendría a toda esta gente mirándome me hacía temblar. Felizmente, mi familia me apoyó mucho.
¿Qué pensaste durante la ronda final? Estaba ansiosa porque Angola nunca había llegado tan lejos. Cuando anunciaron mi nombre solo agradecí a Dios.
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¿Las demás competidoras africanas te apoyaron? Mucho. Cuando quedé semifinalista me dijeron que este era el año de África. Miss Brasil me tomó de la mano y me dijo: ‘Tú vas a ganar esa corona’.
La atención aumenta cuando una mujer morena es elegida… Afortunadamente, el racismo no me afecta. La gente racista debe buscar algún tipo de ayuda, pues no es posible que en el siglo XXI sigan pensando así.