Velocidad, fuerza, agilidad y resistencia: un futbolista debe reaccionar rápidamente, dominar a los oponentes y correr rápido, todo sin fatigarse en los 90 minutos.
PUBLICIDAD
A un ritmo rápido, los partidos se juegan en espacios cada vez más ajustados. Desde 1980, la frecuencia de movimientos de aceleración se ha duplicado y el físico de los futbolistas ha aumentado significativamente.
Para un arquero es una ventaja ser alto y fuerte. En los clubes europeos la media ronda un metro noventa, así puede cubrir el área de gol más fácilmente a la vez que intimida a sus oponentes.
Los defensores suelen medir un metro ochenta. Necesitan ser fuertes para ganar los balones aéreos en su propia cancha.
Por su lado, los volantes son los únicos jugadores que miden menos de un metro ochenta. Para ellos es esencial tener una buena resistencia y recuperación. Estos jugadores son los que más corren durante el partido: más de 11 kilómetros.
Los laterales necesitan tener una gran fortaleza física para poder subir y bajar por su banda.
PUBLICIDAD
Mientras que delanteros como Messi, son capaces de repetir jugadas que requieren una gran condición física y correr rápido dominando el balón.
De acuerdo a su físico, los jugadores se dividen en dos tipos: pequeños y rápidos para dejar atrás y burlar a sus oponentes, o altos y fuertes para imponerse sobre los defensores.