Por Vanna Pedraglio
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Somos seres que llevamos vidas bastante complejas. Por eso, no solo debes tomar en cuenta una alimentación sana o un plan de ejercicios para tener una vida saludable. Buscar cómo tener un impacto positivo en tu día a día reducirá tus niveles de cortisol, lo que a la vez disminuye los riesgos de sufrir problemas de salud como la hipertensión, las enfermedades autoinmunes y hasta la diabetes tipo 2.
Es normal que no siempre te sientas feliz. Por eso, aquí te dejo algunas cosas simples que puedes hacer para cambiar desde hoy y afrontar tu vida con una actitud positiva.
Para empezar, haz que tu primer pensamiento del día siempre sea feliz. Mirarse en el espejo por la mañana es un buen momento para pensar y decirnos a nosotros mismos todo lo que queremos cambiar. En este primer momento, nos podemos prometer ser mejores personas. Que la actitud y este primer pensamiento de la mañana sobre ti sea positivo.
Para eso, lo mejor es crear un ambiente alegre. Puedes poner música en lugar de ver la tele y, si quieres, baila. Si aún tienes unos tres minutos extra medita o respira profundamente unas cuantas veces para restaurar la relajación y la calma necesarias para afrontar el día con una superactitud.
Aunque no lo creas, con el tiempo, estos tres minutos pueden llegar a hacer milagros en nuestras emociones. Este momento de meditación o relajación te traerá paz interior y respuestas sobre donde está tu vida actualmente para ponerte a pensar a dónde quieres llegar.
Con el ritmo al que vivimos hoy, son pocos -o casi ninguno- los momentos en los que nos cuestionamos a nosotros mismos y pensamos sobre nuestro futuro en función del presente. Normalmente, es el pasado el que rige nuestras vidas. Cambiemos la sintonía y démosle al día de hoy una nueva oportunidad de ser quienes realmente queremos ser. Para construir tu futuro necesitas menos del pasado que del pensamiento positivo de hoy, que determinará tu salud integral de mañana.
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Todos hemos crecido escuchando decir que ‘la risa es la mejor medicina para el alma’. Pues sí, está comprobado científicamente que la risa relaja el cuerpo y estimula la liberación de neurotransmisores como las endorfinas, que promueven sensaciones de alegría, de placer y te permiten lidiar con situaciones estresantes bajo una nueva luz. ¿No les ha pasado entre amigos que de pronto te caes estrepitosamente de espaldas y te golpeas, pero que de pronto alguien se ríe de lo distraído que eres o de lo ridículo que te veías al caer y todo acaba en un ataque masivo de risa? ¡Cómo puede cambiar la situación una buena carcajada!
Las responsabilidades crecen con nosotros a través de los años y las risas no tanto como quisiéramos (o necesitamos). Así que aquí hay otra cosa por hacer para mejorar nuestra calidad de vida: vuelve a reír todo lo que puedas y colecciona con orgulloso estos momentos. Sonreír y dispersar buenas intenciones reducirá el dolor, regulará tu humor, disminuirá las hormonas del estrés, promoverá el sistema inmune, acrecentará tu estado de alerta y tu creatividad.
A aquellos que les cuesta mucho ser espontáneos, les cuento que el cerebro no diferencia la risa forzada de la natural, así que puedes intentar algo un poco loco: finge una risa por un par de minutos. No te sorprendas, la niñez siempre se lleva dentro.
Por último, un pequeño gran consejo: duerme. Dormir recupera y resetea tu mente. Es el momento en el que nuestra especie no se diferencia de cualquier otro animal. Se da una desconexión natural y un descanso absoluto. La falta de sueño puede ser el resultado de que la alegría en nuestras vidas se bloquee o vaya desapareciendo.
Para dormir bien, tu dormitorio debe ser un lugar de descanso pleno y sagrado. Desconéctate de la realidad virtual, dale calma a tu cerebro y a tus emociones. Si te cuesta dormir, te recomiendo leer un libro o respirar exhalando por la nariz unas cuantas veces. Mañana es un nuevo día y debes empezar tu nueva oportunidad bien fresquito.
La felicidad del día y tu salud no están en otras manos que no sean las tuyas. Así que ya sabes, decide hoy, mañana y todos los días tener una actitud positiva. ¡A reír se ha dicho!