El Departamento de Justicia anunció este miércoles la imputación de nueve directivos FIFA y otros cinco empleados, por conspiración y corrupción, a lo largo de un período de 24 años.
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El anuncio coincidió con un registro en las oficinas de la CONCACAF, Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Fútbol, en Miami, como parte del caso, y después de la detención de siete directivos del mundo del fútbol en un hotel de Zúrich. Según las autoridades suizas son sospechosos de haber aceptado sobornos de varios millones de dólares.
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La justicia estadounidense informó que entre los acusados se encuentran el uruguayo Eugenio Figueredo, el brasileño José María Marín, el costarricense Eduardo Li, el venezolano Rafael Esquivel y el nicaragüense Julio Rocha, así como el vicepresidente de la FIFA y presidente de la CONCACAF, Jeffrey Webb.
Mientras que el portavoz de la FIFA aseguró que ni el presidente, Joseph Blatter, ni su secretario general, Jérôme Valcke, están implicados en este asunto. Los acontecimientos lanzan nuevas dudas sobre la corrupción en la atribución de las Copas del Mundo de 2018 y 2022 y la elección del nuevo presidente de la FIFA.
Pero el órgano ya ha confirmado que la votación tendrá lugar este viernes tal y como estaba previsto.
