Un tribunal de Rio decretó el jueves más temprano la prisión preventiva de 11 acusados en la red internacional de reventa de boletos de la Copa del Mundo, incluido Whelan, indicó la fiscalía en un comunicado.
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“La policía está realizando operaciones para detener a Raymond Whelan, que está prófugo”, precisó.
De las 12 personas acusadas por la policía de integrar una red internacional de reventa de entradas, el único que no tuvo decretada la prisión preventiva es un abogado que colaboró con las investigaciones.
Las 12 personas están acusadas de integrar una organización criminal, revender entradas ilegalmente, actos de corrupción activa, lavado de dinero y evasión fiscal.
Salvo Whelan y el abogado que colaboró en la investigación, los otros 10 acusados ya están detenidos en el complejo penitenciario de Gericinó, en Bangú (periferia de Rio).
La policía llegó este jueves al lujoso hotel Copacabana Palace donde se alojaba Whelan, pero no lo halló.
– Por la puerta de atrás –
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Whelan “salió por la puerta de servicio, lo vimos en las cámaras, saliendo apurado. Es considerado prófugo”, dijo el comisario Fabio Barucke, a cargo del caso, al portal de noticias G1.
“La información que tuve es que huyó. No fue preso. Como no había una orden de arresto en su contra, podría hasta haber solicitado otro pasaporte en el consulado”, aseguró por su parte el fiscal de Rio Marcos Kac, en declaraciones a Agencia Brasil (estatal).
El fiscal manifestó su deseo de que Whelan responda ante la justicia brasileña: “El es inglés. Si se va a Inglaterra, ¿va a responder a un proceso allí? ¿Y si fuese condenado, regresará para cumplirlo?”.
El director de Match Services había sido arrestado el lunes por la policía de Rio en el mismo hotel, pero fue liberado horas después, al recibir la libertad condicional. La policía informó entonces que su pasaporte había sido confiscado.
Match, con sede en Suiza, acusó el miércoles a la policía brasileña de arrestar ilegalmente a Whelan, y aseguró que éste era inocente y cooperaría con las investigaciones.
El presidente de Match Services y su empresa hermana, Match Hospitality, publicó el jueves más temprano un comunicado criticando a la policía de Rio.
“Los responsables de la investigación en la 18ª comisaría de la policía civil de Rio de Janeiro [donde trabaja el comisario Fabio Barucke] no son expertos en boletos o paquetes de hospitalidad de la Copa del Mundo de la FIFA”, dijo el presidente Jaime Byrom.
“A pesar de nuestro convencimiento de que la acción adoptada contra Whelan fue ilegal y sin fundamento, Match Services y yo permanecemos totalmente comprometidos a asistir a las autoridades de la 18ª Comisaría o cualquier otra jurisdicción en la batalla de la FIFA contra la venta ilegal de boletos”, dijo.
Byrom dijo asimismo que la cooperación con las autoridades ha llevado “a un número de arrestos exitosos de verdaderos estafadores”.
La policía cree que Whelan facilitaba las entradas para que fueran vendidas de manera ilegal, y que en la jerarquía estaba por encima del francoargelino Mohamadou Lamine Fofana, otro de los acusados en prisión.
De acuerdo a la policía, el director de Match pasaba entradas VIP de cortesía a Fofana, destinadas originalmente a distintas ONG, patrocinadores y familiares de jugadores.
Fofana las revendía ilegalmente con ayuda de agencias de viaje y de sus altos contactos en el mundo del fútbol.
Unas mil entradas eran revendidas ilegalmente por partido, a un precio base de 1.000 euros (unos 1.360 dólares) cada una, dijo el fiscal Kac a la AFP.
El esquema estaría en funcionamiento desde 2002, hace cuatro Copas del Mundo, según la policía.
La operación policial fue bautizada “Jules Rimet” en honor del presidente francés de la FIFA que creó la Copa del Mundo.
Este es el último escándalo que salpica a la FIFA, que ya enfrenta denuncias de que algunos de sus integrantes aceptaron sobornos para apoyar la elección de Catar como sede del Mundial en 2022.