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Una entrada perpetua para el Maracaná, pero no para el Mundial-2014

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Para todos, a excepción de la Copa del Mundo.

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Su entrada dice “asiento especial a perpetuidad”, pero la FIFA ha puesto el botón de pausa a su acceso eterno al estadio.

“Por lo que vale este pedazo de plástico hoy en día, podría haber comprado prácticamente un apartamento hace un par de años. Es una pena que no sirva para el Mundial”, dice Blumberg a la AFP.

Este hombre canoso, deportivo, se encuentra en un selecto club: los que pueden asistir a cuantos partidos quieran en el estadio, así como a otros eventos.

Cuando el Maracaná fue construido por primera vez entre 1948 y 1950, faltaba financiamiento para la etapa final, y las autoridades asignaron unas 3.000 entradas “de por vida” a hinchas que ayudaron a costear el estadio.

Blumberg, que está en la cincuentena, consiguió comprar una entrada hace casi dos décadas, siguiendo el ejemplo de varios familiares.

“Tuve que buscar intensamente, no llegan al mercado muy seguido. La gente que las tiene generalmente las deja en herencia a sus hijos”, dice Blumberg, un hincha a muerte del gigante carioca Flamengo.

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Pero el dueño de las cuatro tiendas de ropa Dimona en Rio de Janeiro tendrá que ver el Mundial por televisión.

La FIFA se hizo cargo de su codiciado asiento en el Maracaná durante los siete partidos que acogerá el estadio, incluida la final del 13 de julio.

La FIFA es la dueña

Blumberg estimó que su asiento cuesta unos 40.000 dólares, una fortuna en un país donde el ingreso per cápita es de 11.340 dólares anuales, según el Banco Mundial.

Las autoridades de Rio pagaron a los propietarios de “entradas perpetuas” unos 2.250 dólares en compensación por perder sus plazas para el torneo.

“La FIFA compró los derechos de entradas por el mes completo del torneo; son los dueños del evento”, dice.

El empresario muestra una entrada original anterior a la reforma del Maracaná para la Copa Confederaciones de 2013, junto a una entrada nueva para el estadio remodelado a precio de oro.

El original era para la fila 19, asiento 10; el nuevo es para la fila K, asiento 23. Ambas cerca de toda la acción en el templo del fútbol brasileño.

El Maracaná tenía inicialmente una capacidad de 200.000 personas, pero tras dramáticas remodelaciones para la Copa esta cayó a 74.738 plazas.

“Después de las reformas, cada uno de los propietarios de estas entradas tuvo que volver a registrarse para los nuevos asientos”, explica Blumberg. “Todos esperaban poder asistir a los juegos de la Copa del Mundo, algunos inicialmente amenazaron con acciones judiciales” y por eso se consiguió la compensación, señala.

El espíritu intacto

Blumberg guarda inolvidables recuerdos de los eventos a los que ha asistido en el histórico estadio.

“Vi a Madonna, a los Rolling Stones, Rock in Rio. Oh, y Frank Sinatra”, dijo, pese a que eso fue antes de adquirir la entrada perpetua.

“Esta tarjeta significa que soy propietario de mi pedacito de Maracaná”, afirma Blumberg.

“Cuando la gente me pregunta cuál es mi hobby, les digo: ‘Voy a ver partidos y conciertos en el Maracaná’”, señala.

El Maracaná es donde juegan los mejores equipos de Rio, como el Flamengo y su archirrival Fluminense.

“Para los partidos de Brasil, sin embargo, el estadio es para todos. Es por eso que en los partidos internacionales la gente canta ‘ooh, aah, el Maracaná es nuestro’”, explica.

Blumberg lamenta que el Maracaná haya perdido un poco de su atractivo con la modernización.

“No tenían por qué haberlo remodelado completamente a un costo de 1.300 millones de reales (583 millones de dólares). Era una obra de arte y lo podrían haber reformado por unos 300 millones (USD 135 millones)”, opina.

“Pero el espíritu del Maracaná sigue intacto”, remata.

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