Vistiendo una camiseta del Barcelona, el joven parece un reflejo de su gran héroe, el internacional argentino Lionel Messi, y quiere intentar llegar al mismo nivel que su ídolo.
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“¡Quiero ser un delantero como Messi que es el mejor jugador del mundo!”, dice un entusiasmado Salaymeh, que tiene cierto aire al delantero argentino, en la puerta de su casa en las callejuelas del casco histórico de Jerusalén.
Salaymeh espera poder ver a Messi en el Mundial de Brasil este mes y su pequeña habitación está llena de parafernalia del Barça, incluido un póster gigante del delantero argentino, pese a que el resto de su familia es hincha del Real Madrid.
El padre de Salaymeh, Mahmud al-Salaymeh, espera que el pequeño, que juega en un equipo en Jerusalén, podrá seguir con sus sueños de jugar al fútbol fuera algún día.
“No hay muchas oportunidades en Jerusalén”, afirma.
Los palestinos acusan desde hace tiempo a Israel de imponer restricciones de movimientos a sus jugadores, incluidos los equipos de niños, en Cisjordania.
La FIFA empezó a presionar el pasado año a Israel para que permitiera a jugadores de varios equipos árabes juveniles viajar a Cisjordania para jugar un torneo organizado por la Federación Palestina de Fútbol.