Insólitamente, fue un festejo más que un gol o un título lo que forjó la identidad de este jugador, igualmente cuarto mejor goleador en la historia de la selección de Brasil (39 goles) que disputó dos finales de Copa del Mundo (Estados Unidos-1994 y Francia-1998).
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En el camino al cuarto título mundial de la Seleçao, en la Copa del Mundo de Estados Unidos, marcó un gol en la victoria 3-2 contra Holanda en cuartos de final y todo sonrisas comenzó a balancear los brazos de un lado a otro, ligeramente arrollados, como si acunara a un bebé. Sus compañeros de equipo Mazinho y Romario corrieron a su lado e imitaron su gesto durante una decena de segundos.
“Creo que va a durar para la eternidad”, estimó Bebeto al festejar sus 50 años y los 20 del famoso gesto con una exposición en Rio de Janeiro que le rinde homenaje.
“Fue un gesto espontáneo, lleno de amor, de ternura. Un gesto tan simple, tan espontáneo, venido del corazón. Era un homenaje para mi esposa y mi hijo (recién nacido, ndlr). Y sinceramente, no sabía que iba a tener toda esta repercusión”.
Compromiso
José Roberto Gama de Oliveira, conocido como Bebeto (diminutivo de Roberto), celebraba así el nacimiento de su hijo Mattheus.
El gesto, que en el lenguaje de señas de Brasil significa “Bebeto”, se hizo famoso desde entonces, y es muchas veces utilizado por goleadores que acaban de ser padres, aunque a veces algunos prefieren chuparse el dedo, o se ponen el balón bajo la camiseta para simular un embarazo.
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Mattheus, actualmente un modesto jugador profesional del Flamengo, “creció con ese gesto” y se dio cuenta de su importancia “a los 12 o 13 años”. “Hoy, adonde voy, cuando las personas se enteran que soy el hijo de Bebeto, me hacen el gesto y me piden que lo repita”, dice a la AFP. “Es realmente simpático”.
Es simpático sobre todo para su padre, que hizo del gesto casi un argumento político para hacerse elegir diputado estatal de Rio de Janeiro en 2010 con el Partido Democrático laborista (PDT), antes de cambiarse de partido, al Solidaridad, ambos de centro izquierda.
Su compromiso político se inscribe en la continuidad de su compromiso social cuando multiplica las visitas a las escuelas y centros culturales, o viene a saludar a los jóvenes jugadores de la Copa del Mundo de niños de la calle que tuvo lugar en Rio a fines de marzo.
Corazón y llantos
“Hace 15 años que comencé a intentar sacar niños de la calle, formándolos. Todo eso me hace feliz. Además de mis tres hijos, tengo 900 por aquí, 200 por allá…Tengo casi 2.000 niños en total”, lanzó Bebeto con una carcajada.
Invocando a Dios en cada oportunidad, inunda sus declaraciones con las palabras corazón, familia, amor, con una sonrisa inmutable. “Se trata de evitar que los niños entren en la criminalidad”, subrayó. “El otro día, estaba en el notario y un niño vino a verme y me dijo: ‘Te agradezco la oportunidad que me diste, gracias a tí tengo un empleo’. Me puse a llorar”.
Bebeto estaba emocionado cuando vio la veintena de pinturas y dibujos que le consagró un artista para la exposición en Rio que se extenderá durante un mes: Bebeto haciendo su famoso gesto de acunar el bebé, Bebeto con mujer e hijos, Bebeto de traje y corbata, Bebeto caricaturizado, Bebeto a la Warhol…
“Capturé los momentos que evocan el corazón de Bebeto”, confió a la AFP el autor de las obras, Ramade Martins. Porque es una exposición hagiográfica del jugador…y del político.
“Conocí a Bebeto el año pasado, charlamos largamente y descubrí su gran corazón”, dijo el artista. “Apoyo al profesional Bebeto, y cualquiera sea el desenlace, lo seguiré”, añadió.
Todo esto cae en buen momento: Bebeto, también integrante del Comité de Organización Local (COL) del Mundial de Brasil-2014 y optimista sobre el éxito del evento, es candidato a la reelección en las elecciones generales de octubre.