Duque no sólo tuvo que lidiar con un clima húmedo, mosquitos, animales peligrosos y lugares inhóspitos, también con largos recorridos en canoas, el intenso calor de la Amazonía y una agotadora jornada de saltos.
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‘Estar en el amazonas es un sueño hecho realidad. Es una experiencia que me llevó para siempre. Toda mi vida quise saltar desde una plataforma natural y qué mejor que hacerlo desde los emblemáticos árboles del pulmón del mundo,’ afirmó Duque.
La aventura comenzó en Leticia, Colombia, y de allí Orlando junto al equipo de camarógrafos, fotógrafos, escaladores y Eber Pava, su amigo incondicional, quien también practica la disciplina de clavados de altura, emprendieron el viaje sumergiéndose en la espesa selva a través del río Yavarí, escenario perfecto para que Orlando tuviera el primer contacto con el agua.
La comunidad indígena de Palmarí, en la frontera de Perú y Brasil acogió al equipo para emprender la búsqueda del árbol perfecto para este reto sin precedentes. El elegido fue un Caucho (árbol emblemático del Amazonas) de 38 metros de alto y con más de 100 años de antigüedad.