Bode Miller no pudo contener las lágrimas ni frenar sus emociones este domingo tras convertirse en el medallista de más edad de la historia del esquí olímpico alpino, con su bronce en el supergigante de Sochi-2014, menos de un año después de perder a su hermano Chelone.
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Chelone Miller, que era un especialista en snowboard, fue encontrado muerto en abril de 2013 en California, cuando tenía 29 años, víctima de convulsiones, y Bode no pudo reprimir su emoción cuando vio que tenía la medalla, en una prueba ganada por el noruego Kjetil Jansrud.
“Gracias por todo el apoyo. Hoy fue uno de los días más emotivos de mi vida. Extraño a mi hermano”, lanzó Miller, que tiene 36 años y 127 días.
“Es un gran día para mí emocionalmente. Han sido dos años muy duros, con el fallecimiento de mi hermano y muchas lesiones”, dijo.
“Todo está tan próximo, que al final he podido tener un poco de suerte y un alivio hoy. El esquí en sí mismo no me hace emocionarme, es todo el resto. Ha sido un año de locura”, explicó.
“Perder a mi hermano el año pasado fue muy duro para mí, para mi familia. Yo he sido el foco de atención todos estos años para ellos con mi actividad deportiva. Simplemente me pudo la emoción al irme por fin algo bien últimamente como me ocurrió hoy”, añadió.
La muerte de Chelone Miller tuvo su origen en un accidente de moto en 2005 que le dejó en coma durante once días, según la federación estadounidense de Snowboard.
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El bronce de Miller fue su sexta medalla olímpica de esquí alpino. Antes había ganado un oro (supercombinada de 2010), tres platas (supergigante de 2010, supercombinada y gigante de 2002) y un bronce (descenso de 2010).
El noruego Kjetil Andre Aamodt es el único deportista con más medallas en unos Juegos de Invierno, que ganó su última medalla al hacerse con el oro en el supergigante de 2006, cuando tenía 34 años y 169 días, el récord anterior de medallista más veterano.
Cuando a Miller se le preguntó qué sentía al ser comparado con Aamodt, replicó: “¡Que soy viejo!”.
Los rivales de Miller ensalzaron la figura del estadounidense tras ganar el bronce en Sochi.
“No me sorprende que esté en el podio”, dijo el noruego Aksel Lund Svindal. “Bode es un gran esquiador, seis meses más viejo o más joven es igual, no veo la diferencia”, añadió.
El también estadounidense Ted Ligety también rindió tributo a su compatriota. “Es fantástico ver a Bode ganar otra medalla. Uno sabe que corre muy deprisa. Su punto de velocidad ha estado ahí este año”, explicó. “Me alegra verlo ganar otra medalla. No me sorprende”, añadió.
“No es tan viejo, quiero decir que (el suizo de descenso Didier) Cuche es un poco más mayor y sigue ganando. En la actualidad, los atletas pueden correr con más edad y es estupendo ver que es todavía competitivo y que se supera a sí mismo”, dijo el estadounidense.
El italiano Christof Innerhofer alabó a Miller como uno de los mejores especialistas de esquí alpino de todos los tiempos.
“Con Bode, no puedo saber si está contento o no. Sólo le interesa ganar, ser el primero. Estoy muy feliz de que haya ganado esta nueva medalla, se la merece”, indicó el italiano.
“Bode es un hombre legendario. Para mí ha sido el mejor en la historia de la Copa del Mundo, gane o pierda. Es famoso por su forma loca de esquiar. Todos lo quieren porque nunca sabes qué va a hacer en el segundo siguiente”, concluyó Innerhofer.