El defensa Gary Fraser, del Patrick Thistle de Escocia, recibió como castigo entrenar con un humillante vestido rosa por no haberse esforzado lo suficiente en las prácticas del equipo.
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El castigo fue elegido e impuesto por los compañeros de Fraser, quienes habían acordado el título de “El que peor entrenó en la semana”.
De alguna manera, la autoimposición del reto por vestir el traje de hada madrina entre los compañeros del equipo forja aún más la competitividad, así como la confianza con un poco de humor entre los jóvenes futbolistas.