Con este resultado, ‘el rey de la tierra batida’ y de Roland Garros mejoró su propio récord con ocho finales en París.
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‘Rafa’ enfrentará en la dominical al ganador entre otro español, David Ferrer (N.4), y Jo-Wilfried Tsonga (N.6), quienes estaban jugando en el mismo escenario. Este último busca un título que ningún francés logra en su casa desde hace 30 años, cuando lo obtuvo Yannick Noah.
“David y Jo ambos llegaron a semifinales sin perder un set, y están jugando fantástico”, destacó Nadal.
El encuentro por todo lo alto de primera hora fue maratónico (4 h y 37 min) y de gran factura técnica, jugado sobre todo con el revés, para muchos era la ‘final adelantada’ de la prueba, que al jugador de Belgrado, de 26 años, es la única del Grand Slam que le falta en su rico palmarés.
“Es una victoria muy especial para mí, felicitaciones a Novak, es un gran campeón quien va a ganar aquí en Roland Garros (…) Fue un partido similar al de Australia en 2012, que él ganó. Esta vez me tocó a mí, y eso es lo que hace tan grande a este deporte”, refiriéndose a la final maratónica a cinco sets que disputaron en Melbourne el año pasado.
La primera manga entre los dos jugadores que más han jugado entre ellos en el circuito en los últimos tiempos (35 veces, con dominio del balear por 20-15), comenzó pareja, aunque a Nadal parecía costarle más cerrar los juegos con su servicio. Por ejemplo, ‘Djoko’ logró el primero en apenas dos minutos de intercambios, mientras que ‘Rafa’ puso el 1-1 en nueve.
Su primer partido se remonta a 2006, precisamente en París, en cuartos del torneo del Grand Slam sobre tierra batida, con triunfo de Nadal, postrer campeón. En aquella ocasión Djokovic se retiró al comenzar el tercer parcial cuando perdía 6-4 y 6-4, aunque en su último enfrentamiento, reciente sobre arcilla, en Montecarlo, hubo triunfo del serbio en dos sets.
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Sin embargo, el manacorí, de 27 años, es el patrón en París, por lo que al llegar al séptimo juego, casi siempre el de las grandes inflexiones en este deporte, quebró el servicio al belgradense para ponerse 4-3 arriba y 5-3 con el suyo, para cerrar el primer parcial con 6-4 tras unos muy disputados 51 minutos.
En el segundo set, Nadal logró hacer el break a Djokovic en el quinto juego para 3-2, cerrando el game con un impresionante passing de revés. No obstante, ‘Nole’, como apodan al serbio, con mucho trabajo le retrucó en el siguiente, pero después volvió a quebrar a ‘Rafa’, quien en el penúltimo punto cometió una doble falta.
Con su saque, se llevaría el set por 6-3 en 49 minutos en los que jugó más agresivo que el español y así hizo subir al marcador el 1-1 global.
“Hemos jugado un partido increíble. Ahora siento la decepción de la derrota, pero quiero felicitar a Rafael por lo valiente que fue. Cuando estaba abajo en el quinto set sacó todo tipo de golpes. Para mí, éste no fue mi año (se había fijado como objetivo precisamente ganar Roland Garros). Lo he dado todo, decaí físicamente y, si bien mejoré, él jugó a un gran nivel”, reconoció el derrotado.
Ya en el tercer set, el de Manacor logró hacer el quiebre para 2-0 con una bola que su rival contestó al árbitro, para ponerse 3-0 con su saque con un juego blanco para repetir el break (4-0). Comenzaba a verse al mejor Nadal, mucho más concentrado y eficaz, quien cerró con 6-1 en 37 minutos.
En la cuarta manga, al igual que en la primera, Nadal hizo el break en el séptimo game (4-3), pero esta vez Djokovic le retrucó enseguida y comenzó a arriesgar más lanzando tiros muy angulados.
Al llegar al undécimo juego, el español quebró al serbio para 6-5 arriba, pero cuando parecía en condiciones de cerrar la manga, éste le devolvió la atención y así fueron a la ‘muerte súbita’, en la que el serbio fue más eficaz (7/3).
El quinto set comenzó con un break de ‘Djoko’, mientras el séptuple campeón se mostraba algo errático y no tan cómodo en la pista. Después, habría algo de polémica porque en el décimo juego, en que este último tuvo el break, el primero dio contra la red y se le anuló un punto.
La paridad continuaría, no obstante, en el 16º juego Nadal lograría la inflexión y se abrazó con la gloria.