El caso de Beckham lo ilustra a la perfección: la imagen de un jugador se ha convertido en algo tan importante como su talento a la hora de calcular su caché y los clubes comienzan a diseñar estrategias comerciales para sacar provecho de ello y, de paso, desgravar impuestos.
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Durante mucho tiempo, los jugadores no tenían más contratos extras que los firmados con los suministradores de material deportivo.
Nike, Adidas, Puma y el resto de marcas no eran muy selectivos y en Francia, por ejemplo, cada jugador de la primera división tenía un contrato con una de estas firmas por cantidades entre los 30.000 a los 200.000 euros anuales.
Actualmente, “la diferencia se ha agigantado entre la élite y el resto del mundo”, destacó el especialista en cuestiones de imagen Frank Hocquemiller. “Hay contratos monstruosos para los jugadores más importantes y otros ni siquiera reciben un par de botas”, señaló.
Paralelamente, el futbolista se ha convertido en un gran atractivo como reclamo publicitario para las empresas, relacionadas o no con el deporte.
Según publicó recientemente la revista France Football, David Beckham ganará en 2013 36 millones de euros, cuando su contrato con el París Saint Germain solo es de 1,7 millones, más una prima de 1,3 millones.
Es decir, el inglés ingresará a sus casi 38 años unos 33 millones por sus contratos publicitarios.
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El futbol chino le ha contratado para que se convierta embajador de su campeonato, pagándole entre 50 y 60 millones de euros durante cinco años, sin necesidad de que juegue allá. Algunos viajes a Asia y su eterna sonrisa son suficientes.
El podio de los futbolistas mejor pagados lo completan el astro argentino Lionel Messi, con 35 millones de ingresos en 2013 (de los que solo 12,5 corresponden a su ficha con el Barcelona), y el portugués Cristiano Ronaldo, con 30 millones (de los que el Real Madrid solo le pagará 13).
Los ingresos de estos tres jugadores se incrementarán en 2013 un 7,8% con respecto a lo que ganaron un año antes.
De igual modo, las ganancias de los 20 jugadores mejor pagados crecerán este año en un 5,52%, en momentos en los que los contratos con los clubes están estancados por la crisis económica en Europa.
En este contexto, el mercado se ha convertido en un asunto de profesionales. “Los agentes deportivos encuentran contratos de tanto en cuando, pero no se fijan más que en el monto, cuando eso no lo es todo. A veces hay que saber hacer un acuerdo no muy bien remunerado, algo que ya me ha ocurrido, porque hay una exposición (del jugador) muy importante. Es una inversión”, explica Hocquemiller.
Este experto trabaja desde hace años con el joven internacional del Real Madrid Raphael Varane, sin que por el momento haya firmado un gran contrato que le permita recuperar la inversión.
Actualmente, la crisis económica y también el marasmo deportivo y moral que vive el fútbol (por casos de corrupción, arreglo de partidos, escándalos de todo tipo, etc) han cerrado el grifo de los ingresos.
A muchos jugadores no les sirve de nada años en la élite del fútbol para llamar la atención de los patrocinadores, que huyen por los problemas de comportamiento de estos deportistas fuera de las canchas.
Una vez se construye la imagen del futbolista y se vende, el agente procura sacar rendimiento de ello para optimizar los ingresos del jugador, incluso para desgravar impuestos.
En muchos países, muchos jugadores constituyen una empresa de imagen que les permite, aprovechando un vacío legal, emitir facturas para percibir regalías y no en salarios, que están fuertemente tasados.
La verdadera estrategia consiste en vender a su empresa, en este caso el club, una parte de esos derechos de imagen a cambio de un salario mayor. Eso se hace sistemáticamente en España e Inglaterra, por ejemplo.
“Al jugador le interesa hacer eso. Es el esquema del futuro. El salario es seguro, mientras que la imagen puede fluctuar. Al club le permite amortizar los altos salarios”, explicó Hocquemiller.
Algunos expertos, no obstante, son más comedidos con respecto a este tipo de contrato, asegurando que solo los grandes clubes tienen los recursos humanos y materiales para explotar la imagen de sus jugadores.