Solo cuatro hinchas del Corinthians lograron entrar al estadio Pacaembu para gritar a todo pulmón la noche del miércoles los dos goles contra el colombiano Millonarios en un partido por la Copa Libertadores, tras el castigo de la Conmebol contra la hinchada corintiana por la muerte de un adolescente boliviano.
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Los cuatro brasileños hinchas del Corinthians reclamaron sus derechos ante la justicia, y a última hora del miércoles un fallo judicial les permitió acceder al estadio Pacaembu, donde normalmente al menos 20 000 hinchas alientan a su club.
La enorme mayoría de la hinchada corintiana, no obstante, debió contentarse con ver el partido por televisión luego de que la Conmebol prohibiese su entrada a los partidos de la Copa Libertadores, tras la muerte la semana pasada del boliviano Kevin Espada, de 14 años, que recibió en la cabeza el impacto de una bengala disparada desde la hinchada de Corinthians en un partido contra el club San José de Bolivia, en Oruro.
Vestidos con las camisetas blancas y negras del Corinthians (uno de los mayores clubes de Brasil, ganador de la Libertadores y del Mundial de clubes 2012) tres hombres y una mujer se ubicaron en medio de miles de asientos amarillos vacíos y agitaron sin descanso la bandera corintiana, alentando a su club, que se impuso fácilmente ante Millonarios por 2-0, hasta quedarse sin voz.
“Soy hincha, soy consumidor, y quiero ejercer mis derechos. Compré las entradas hace dos meses”, dijo uno de ellos, Armando Mendonça, al diario Estado de Sao Paulo.
“Vivimos en un país democrático. Los abogados del Corinthians no quieren que la gente entre, por ser una orden de la Conmebol. Entiendo su posición, pero resolví buscar mi derecho de asistir al partido”, añadió otro simpatizante, Milton Mendonça.
El severo castigo de la Conmebol causó consternación en Sao Paulo, donde el Corinthians tiene una enorme hinchada que incluye al expresidente Luiz Inacio Lula da Silva.
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Los rumores de que hinchas furiosos protestarían fuera del estadio Pacaembu no se confirmaron, y finalmente sólo unos 100 fanáticos rodearon el estadio, protegido por la policía que patrullaba la zona a caballo, en automóviles y desde helicópteros.
Gavioes da Fiel, la principal hinchada del Corinthians, pidió a sus más de 96.000 miembros respetar el castigo de la Conmebol y quedarse fuera del estadio para evitar problemas.
“Lo que pasó en Bolivia es una tragedia pero no tuvimos nada que ver con eso”, dijo Leonardo Guimaraes, de 38 años e integrante de Gavioes da Fiel, en las afueras del Pacaembu.
“Es injusto castigarnos cuando los responsables son los jóvenes que lanzaron la bengala y la seguridad boliviana (en el estadio) que no hizo su trabajo”, añadió.
El domingo, un hincha del Corinthians de 17 años se presentó ante la policía de Sao Paulo junto a un abogado del club y dijo que lanzó la bengala que mató al adolescente boliviano en el partido contra San José en Oruro.
Doce hinchas del Corinthians permanecen detenidos en Bolivia tras el incidente.
“Es una lástima que no podamos ver el partido esta noche. Es injusto”, dijo Felipe de Oliveira, de 20 años, mientras agitaba una enorme bandera negra y blanca en las inmediaciones del Pacaembu en momentos previos al partido.
Fuera del estadio, los hinchas bailaron, aplaudieron y cantaron eslóganes como “Corinthians, el club del pueblo” o “Somos el poderoso ‘Timao’”.
El primer gol de Paolo Guerrero en el minuto 10 fue celebrado con gritos de alegría y un baile frenético a ritmo de tamboriles.
Los fanáticos, muchos de los cuales seguían el partido con sus teléfonos celulares, celebraron también a viva voz el segundo gol, convertido por Alexander Pato.
Sergio Rossetto Silva, presidente del Club del Hincha (Clube do Torcedor), una compañía deportiva, dijo a la AFP que la policía boliviana tiene gran responsabilidad en la tragedia de la semana pasada por haber permitido que hinchas entraran con bengalas al estadio.
“Castigar al Corinthians es injusto”, estimó. “Tenemos un programa para educar a las hinchadas organizadas para evitar estas tragedias”, dijo.