Después de varios años de negarlo, Lance Armstrong admitió haber utilizado sustancias dopantes durante el tiempo en los que ganó los siete Tour de Francia. El desacreditado ciclista al parecer hizo una confesión durante las dos horas y media que duró la entrevista con Oprah Winfrey, que saldrá al aire el próximo jueves. Ella lo describió como “atento” y “serio” pero dijo, “no fue tan sincero como yo esperaba”.
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Armstrong, con “lágrimas”, pidió disculpas a Livestrong, la organización de cáncer que ayudó a fundar, de acuerdo con la Associated Press y la CBS News. Luego le admitió a Winfrey haber en actividades ilegales.
“El caso de Lance Armstrong sacó a relucir varios puntos de discusión”, dijo a METRO Don Catlin, médico comisario del Comité Olímpico Internacional (COI) y ex profesor de UCLA. “La realidad es que Lance tuvo asesores que impidieron tener pruebas positivas. Él se realizó de 200 o 300 pruebas y ninguna salió positiva”. “Eso me molesta, porque probablemente yo hice 100 de ellas”, agregó Catlin. “Necesitamos conseguir mejores pruebas. Todo lo que Lance hizo para salirse con la suya lo puede hacer cualquier otro’.
El director general de la Agencia Mundial Antidopaje (WADA, por sus siglas en inglés), David Howman, le reiteró a este diario que la confesión de Armstrong, que pronto será televisada, no cambiará su decisión de prohibirle la participación oficial en alguna competencia deportiva.“Todo lo que tiene que decir (durante la entrevista), no cambiará la suspensión de por vida contra él, en absoluto”, dijo Howman. “Nada va cambiar por lo que él le diga a una presentadora de talk show.”
Catlin, quien fundó muchas de las pruebas de drogas modernas que son utilizadas en el deporte actualmente, explicó que cuando los ciclistas admiten “dopaje sanguíneo”, significa que utilizan sustancias que aumentan la cantidad de sangre en su sistema. Esto puede hacerse de varias maneras, incluyendo el uso de una sustancia llamada eritropoyetina (EPO) o la transfusión de sangre, ya sea de ellos mismo o de otras personas. El objetivo es aumentar el número de glóbulos rojos, que a su vez sube la cantidad de oxígeno que la sangre pueda llevar. ”(EPO) activa la médula ósea y hace que esta produzca más células rojas”, explicó Catlin. “Estas son muy importantes para los atletas, porque llevan oxígeno, que es vital para su rendimiento”.
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Otras drogas ilegales que los atletas pueden utilizar incluyen testosterona y estimulantes. La testosterona puede mejorar el rendimiento, mientras que los estimulantes son conocidos por mejorar el desempeño atlético. Además, utilizar estos medicamentos en cualquier deporte conlleva una cuestión ética, señaló Howman.
“Con el dopaje sanguíneo, ¿Cómo puedo obtener una ventaja, es decir, una ventaja química por encima de mi competencia?”, dijo Howman. “Eso no está en el espíritu del deporte”.