1936 – Cuando Hitler invitó a la campeona olímpica de 100 metros
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Entre dos discursos sobre la pureza de la raza aria, parece que Adolf Hitler no fue insensible al encanto rural de una chica de Missouri de 1,80 metros. El Führer pidió un encuentro con la campeona olímpica de 100 metros de los Juegos de 1936. Invitada a su palco, Helen Stephens no se privó de relatar lo que sucedió. Hitler fue directo al grano. Manifestándole su admiración mientras le pasaba una mano por el trasero, le dijo a la campeona olímpica: “Usted tiene el verdadero tipo ario. Debería correr para Alemania”. Después le dio un abrazo que Helen Stephens calificó de “masaje” y le pidió que fuera a pasar un fin de semana con él a Berchtesgaden, siempre según la versión de la atleta. Helen Stephens rehusó educadamente. La estadounidense dejó después el atletismo por el básquetbol y el sóftbol.
1952 – Zatopek y la hija del coronel
Cuando Emil Zatopek partió a hacer su servicio militar en 1945, sus éxitos como atleta le sirvieron para ser el niño mimado del regimiento. De este modo conoció a Dana Ingrova, hija de su coronel. En sus segundos Juegos Olímpicos, en Helsinki, Emil ganó (entre otras) la prueba de 5000 metros. Dana, participante en la prueba de jabalina, tomó esa medalla de oro y la deslizó en su bolsa de deporte. “Me traerá suerte”. El primer lanzamiento de Dana : 50,47 m, récord olímpico. Ella también consiguió la medalla de oro. En total, cinco preseas para Emil y dos para Dana. Pero la desgracia se cebó en Emil por sus valientes posicionamientos en la primavera de Praga en 1968, aunque los Zatopek vivieron felices juntos hasta que “la locomotora checa” entró definitivamente en la estación, una mañana de noviembre de 2000.
1956 – Fikotova-Connolly: el disco y el martillo
Plusmarquista mundial de lanzamiento de martillo, el estadounidense Harold Connolly regresó de los Juegos de Melbourne con la medalla de oro y una novia. Connolly, de 25 años, profesor en Massachusetts, se enamoró de una discóbola checoslovaca, Olga Fikotova, medallista de oro 24 horas antes que él. Un idilio “políticamente incorrecto” entre el disco y el martillo, en la época en que la guerra fría era más fuerte. Dos meses y medio más tarde, Harold desembarcó en Praga. Tras una audiencia con el presidente de la República, Olga recibió un pasaporte. El 27 de marzo, se dio el matrimonio civil, con Emil y Dana Zatopek como testigos. En el exterior, 40.000 personas desearon a los jóvenes recién casados toda la felicidad del mundo. Acabarían divorciándose en 1973.
1968 – Caslavska-Odlozil: 4 medallas de oro y 1 marido
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A unas semanas de los Juegos de México de 1968, la gimnasta checoslovaca Vera Caslavska, campeona olímpica de Tokio, tomó posición contra la intervención soviética en la primavera de Praga dos meses antes de los Juegos Olímpicos. Finalmente autorizada a acudir, conservó su corona en el concurso general individual. En el podio, cuando agitó la mano en señal de victoria, saludó a la multitud pero sobre todo el hombre de sus pensamientos, Josef Odlozil. Fue en Tokio, cuatro años antes, cuando encontró al corredor de semifondo, subcampeón olímpico de 1.500 metros en 1964. El 26 de octubre, al día siguiente de las finales por aparatos, los dos enamorados se casaron en México. Cuatro medallas de oro, dos de plata, un marido: el balance mexicano de Vera Caslavska fue más que positivo. Su bella historia se terminaría con un divorcio en 1987. Peor, Odlozil falleció en una pelea con su hijo Martin en 1993.
1976 – Ender-Matthes, el tiempo de una Olimpiada
Cuando el alemán oriental Roland Matthes logró sus primeros laureles olímpicos, en 100 y 200 metros espalda, en 1968 en México, Kornelia Ender sólo tenía 9 años. Ocho años más tarde, en los Juegos de Montreal, las nadadoras alemanas orientales ganaron 11 de las 13 carreras del programa. En aquella ocasión, Matthes se contentó con el bronce sobre 100 metros espalda, mientras que Ender ganó cinco medallas, cuatro de oro. La nadadora reveló que se había prometido a Matthes dos meses antes de Montreal. Más tarde, Kornelia reconocería haber recibido regularmente inyecciones de productos de los que ignoraba el nombre, igual que sus compañeras. Roland se casó con Kornelia en 1978. Los dos campeones olímpicos (41 récords mundiales entre los dos), se divorciaron en 1982. Su unión duró el tiempo de una olimpiada.
1996 – Iñaki Urdangarín-Infanta Cristina, una medalla de bronce y una boda
El balonmanista vasco Iñaki Urdangarín ganó una medalla de bronce en su deporte con la selección española y además inició su relación con la infanta Cristina, hija del rey Juan Carlos, con la que se casaría un año después, en 1997, en Barcelona. Fue el portero la selección de waterpolo, Jesús Rollán, el que presentó a la pareja. Urdangarín volvería a ganar el bronce con España en Sídney-2000, año en que se retiró de la competición. La infanta Cristina, aunque no compitió en esos Juegos de Atlanta, participó en los Campeonatos de España de clases olímpicas de vela en 1987 y 1988, y fue suplente del equipo español de Vela de la categoría 470 en los Juegos Olímpicos de Seul-1988. A finales de 2011, la pareja se vio inmersa en un escándalo por la imputación de Urdangarín en un caso de corrupción, que se investiga en la actualidad.
2000 – Federer y Mirka, flechazo en Australia entre set y set
El considerado por muchos como el mejor tenista de la historia, el suizo Roger Federer, conoció a la que es actualmente su esposa y madre de sus gemelas Myla Rose y Charlene Riva durante los Juegos Olímpicos de Sídney. Él ya era un nombre conocido del circuito ATP, pese a no haber llegado todavía al número uno, mientras que ella era una jugadora mucho menos conocida, cuyo mejor ránking fue el 76º lugar de septiembre de 2011 y su mejor resultado en un Grand Slam la segunda ronda de los Abiertos de Australia de 2000 y 2001. Llegaron incluso a jugar juntos, como pareja en dobles mixtos. Desde la retirada de ella, Mirka Vavrinec, suiza de origen eslovaco, es frecuente verla en las gradas de los estadios siguiendo los partidos de él, que ha regresado recientemente al número uno, a sus casi 31 años. La historia de amor continúa.
2000 – Jones-Hunter: una historia que terminó mal
Una de las imágenes fuertes de los Juegos de Sídney-2000 fue la de Marion Jones, presente al lado de Cottrell J. Hunter, su esposo, cuando éste, con lágrimas en los ojos, respondía a la prensa tras haber sido encontrado culpable de dopaje a la nandrolona. La nueva campeona olímpica de 100 metros leyó un comunicado en el que aportaba su “apoyo y un respeto total” al hombre con el que se había casado el 3 de octubre de 1998. Menos de un año después de los Juegos, Marion Jones anunció que se separaba del lanzador de bala. Fin del idilio entre la gacela de las pistas, triple medallista de oro en Sídney, y el coloso de 150 kilos. CJ Hunter acusó a la velocista de haberse dopado, a pocos meses de los Juegos de Atenas y la atleta terminaría años después admitiéndolo, perdiendo sus medallas e incluso pasando unos meses en la cárcel por perjurio.
2008 – Matthew Mitcham y su novio Lachlan, un símbolo para las parejas homosexuales
La progresiva visibilidad de las parejas homosexuales tuvo en el joven clavadista australiano Matthew Mitcham a un símbolo que adquirió una gran popularidad en los Juegos de Pekín 2008, en los que se colgó la medalla de oro en plataforma de diez metros. Mitcham, abiertamente gay, celebró su éxito junto a su madre y su novio, Lachlan Fletcher, al que besó a la salida de la piscina, en una imagen que dio la vuelta al mundo, pero que fue censurada en algunos países. Fletcher había acudido a Pekín 2008 en un viaje financiado por una empresa para facilitar el viaje de los familiares de los atletas de Australia. A su regreso al país, la pareja contó con una gran atención mediática, protagonizando portadas e intervenciones en televisión.