Por Christian Lengua
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No hablar de política ni de religión. Esas son algunas de las reglas con las que conviven los 19 miembros de La Cofradía: un grupo de compañeros de pistas unidos por su pasión por las motos Harley Davidson.
Se juntan cada jueves en Miraflores y no pasan desapercibidos por el poderoso rugido de sus fierros. ‘El sonido Harley Davidson es patentado’, cuenta Rafo Delgado, presidente de La Cofradía.
‘Somos free riders. La actitud es disfrutar lo que te venga en el camino’, dice Rafo, aclarando que se alejaron del grupo más grande -el Club Harley Perú- porque ‘se volvió muy administrativo’.
Tener una Harley en el Perú no es barato. No existe un representante en nuestro país y todas las motos se mandan traer de EE.UU., donde se fabrican hace 107 años. La más barata no baja de US$12 mil y la más grande puede llegar a costar US$40 mil.
Con los años, las motos Harley van tomando un mayor valor. Además son resistentes y fáciles de reparar. ‘Acabamos de venir del Cusco, y la moto camina a 5 mil metros de altura. Es un caballo de fierro’, anota Rafo.