Tokio. El vicepresidente estadounidense, Mike Pence, y el primer ministro nipón, Shinzo Abe, insistieron hoy en la necesidad de mantener la presión internacional sobre Corea del Norte hasta lograr que el régimen abandone sus armas nucleares, un día después de difundirse que Pyonyang continúa desarrollando de manera secreta su programa de armamento nuclear.
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El líder japonés y el número dos de la Casa Blanca lanzaron este mensaje al día siguiente de que el Centro de Estudios Internacionales y Estratégicos (CSIS) presentase su informe con imágenes de satélite y tras la reunión en Tokio, primera parada de la gira por Asia y Oceanía emprendida por Pence, que estuvo centrada en el estado del diálogo con Corea del Norte y en la cooperación bilateral.
Abe y Pence subrayaron la “solidez” de la alianza bilateral de Defensa y la “unidad” a la hora de lidiar con Pionyang, durante la tercera visita a Tokio del vicepresidente desde que asumió el cargo y primera desde que el gobernante Partido Republicano estadounidense perdiera el control de la Cámara de los Representantes.
Pence agradeció a Abe su “compromiso” a la hora de aplicar la estrategia de “máxima presión” a Corea del Norte, basada en intensificar las sanciones sobre el régimen, y afirmó que el trabajo “hombro a hombro” de ambos países “ha logrado llevar a Pionyang a la mesa de negociaciones”.
Esta nueva llamada a mantener el aislamiento del régimen llega en un momento de enfriamiento del diálogo abierto entre EE.UU. y Corea del Norte, debido a las divergencias sobre cómo abordar el proceso de desnuclearización y las garantías o compensaciones que obtendría Pionyang.
Pence aseguró que “se han hecho progresos” a la hora de aplicar los puntos acordados en la cumbre celebrada en junio en Singapur entre el presidente estadounidense, Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, en la que el dictador se comprometió a abandonar sus armas nucleares a cambio de garantías de seguridad.
El vicepresidente de EE.UU. admitió no obstante que “queda mucho por hacer” en este sentido, y recordó que ambas partes “preparan actualmente” un nuevo encuentro al máximo nivel en una fecha y lugar aún por definir.
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Al margen de estos contactos, Pence recalcó que “la campaña de presión y las sanciones continuarán hasta lograr la completa y plenamente verificable desnuclearización de Corea del Norte”.
Abe, por su parte, señaló que la situación del diálogo con Corea el Norte “se encuentra en una fase importante”, y pidió también a otros países que “trabajen para lograr la plena aplicación de las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas” para lograr que Pionyang ponga fin a sus programas nuclear y de misiles.
Desde la cumbre de Singapur, Pionyang viene reclamando la firma de un tratado de paz y el levantamiento de sanciones para seguir desmantelando su programa de armas, al tiempo que la Casa Blanca ha demandado gestos de mayor calado al régimen que demuestren su compromiso con la desnuclearización.
El distanciamiento entre ambas partes quedó reflejado en la cancelación de una reunión prevista el pasado día 8 en Nueva York entre el secretario de Estado de EE.UU, Mike Pompeo, y una delegación norcoreana, con vistas a preparar la segunda cumbre bilateral que la Casa Blanca confiaba en poder celebrar para principios de 2019.
En las últimas semanas, los medios oficiales norcoreanos han criticado la política “hostil” de Estados Unidos por no relajar las sanciones y reanudar parte de las maniobras militares conjuntas con Seúl, e incluso han amenazado con la reactivación del programa atómico si EE.UU. no muestra un cambio de actitud en las negociaciones.
Rusia y China, socios tradicionales de Corea del Norte, también defienden relajar las sanciones internacionales sobre Pionyang, unas medidas que además han causado fricciones en la alianza Seúl-Washington desde que Corea del Sur acordó con el país vecino expandir sus intercambios económicos y en otras áreas.
Fuente: EFE