La mezcla indiscriminada de bebidas alcohólicas que suele hacerse en las celebraciones de fin de año encierra peligro para la salud y pueden derivar en pérdida de la consciencia e intoxicaciones hasta daño hepático, males al corazón y el temible coma etílico.
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Una de las combinaciones más frecuentes y peligrosas son las que involucran el whisky y los energizantes, advirtió Karem Sotomayor, coordinadora del servicio Habla Franco de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida).
‘El alcohol es un depresor del sistema nervioso central, que acelera el organismo incluyendo el corazón, mientras que la bebida energética desencadena una reacción contraria, al ser un estimulante. De esta manera, la persona tiene una sensación engañosa de control y no se percata de la cantidad de alcohol que está ingiriendo”, advirtió.
Anotó que hay personas que consumen cocaína para lograr ese mismo efecto de engañoso control.
También es de cuidado el consumo de cócteles preparados con bebidas que ya tienen altos niveles de azúcar, como el ron y el pisco. Al respecto, la especialista advirtió que el azúcar hace que el organismo asimile el alcohol mucho más rápidamente y con mayor intensidad.
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“Y debido a que estos cocteles son sumamente dulces, la persona rara vez advierte que está ingiriendo grandes cantidades de alcohol, lo que hace que se embriague rápidamente y sin control”, comentó.
Finalmente, otra combinación peligrosa ocurre cuando uno brinda con varias copas de espumante y, a continuación, consume otras bebidas alcohólicas, como la cerveza.
‘El espumante o champán contiene una mayor concentración de alcohol que la cerveza. Si uno lo bebe al comenzar sus celebraciones, se embriagará más rápido. Luego, le será más difícil controlar su consumo de otras bebidas alcohólicas’, explicó la especialista.
Sotomayor agregó que los jóvenes y adolescentes constituyen la población más vulnerable ya que suelen no ser conscientes del peligro de estas combinaciones y de lo que ocasiona el alcohol, que también es una droga.
Pero hay más aún. El consumo de estas peligrosas mezclas con frecuencia conduce a actitudes irresponsables como mantener relaciones sexuales sin protección o, lo más grave, conducir bajo los efectos del alcohol, lo que puede terminar en un accidente de tránsito de consecuencias mortales.