Estados Unidos advirtió que está listo para lanzar nuevos ataques contra el régimen sirio al día siguiente de haber bombardeado una base aérea en Siria, que reaccionó con furia junto a sus aliados Rusia e Irán.
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“Estados Unidos tomó una decisión muy mesurada la noche pasada [por jueves]” con el ataque a la base aérea siria, dijo la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, ante el Consejo de Seguridad, que sesionó de emergencia tras el primer ataque de Washington contra las fuerzas sirias.
“Estamos dispuestos a hacer más, pero esperamos que ello no sea necesario”, enfatizó la diplomática.
El secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, adelantó que Washington “anunciará sanciones suplementarias contra Siria” próximamente.
El ataque estadounidense fue una represalia tres días después de un presunto ataque con armas químicas contra la ciudad rebelde Jan Sheijun, que dejó más de 86 muertos y del que fue responsabilizado el régimen de Bashar al Asad.
El Pentágono sospecha que Siria recibió ayuda para realizar el supuesto ataque químico, aunque funcionarios estadounidenses no se atrevieron a acusar a Rusia de complicidad.
El lanzamiento de 59 misiles de crucero Tomahawk contra la base aérea de Al Shayrat, cerca de la ciudad de Homs, causó la ira de Rusia e Irán, aliados de Asad.
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“Estados Unidos atacó el territorio soberano de Siria. Calificamos ese ataque como una violación flagrante de la ley internacional y de un acto de agresión”, dijo el embajador de Moscú en la ONU, Vladimir Safronkov, ante el Consejo de Seguridad.
La presidencia siria calificó por su lado los bombardeos estadounidenses de acto “irresponsable” e “idiota”.p>.