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Jorge Sánchez Herrera – Nómena ArquitecturaArquitecto/Urbanistajorge@nomena-arquitectos.com
Hoy que se discute sobre invasiones y reubicaciones, y nos rasgamos las vestiduras preguntándonos acerca de cómo es posible la construcción sobre áreas intangibles o de riesgo, me vienen a la mente algunas noticias recientes que demuestran que no hace falta ser informal para ocupar el suelo de forma indebida.
Hace unos días circulaba en redes la noticia de un pedido hecho a las municipalidades de Lima y San Borja para el cambio de zonificación de un área del Boulevard El Bosque. Un espacio de casi una hectárea limitado por la Av. San Borja Norte, el Jr. El Bosque (antes Jr. Surco) y el Río Surco. El pedido buscaba cambiar el área de Zona de Recreación Pública (ZRP) a Residencial de Densidad Media (RDM). Es decir: construir edificios de cinco pisos sobre lo que hoy es un parque que corre sobre el cauce y margen del Rio Surco.
No es la primera vez que se hace esta solicitud. Hace doce años un pedido similar para la misma área fue rechazado. Felizmente, la Municipalidad de Lima acordó hace unos días volver a negar el pedido. Lo que no se entiende bien es cómo un área así se encuentra inscrita en Registros Públicos como propiedad privada.
También circuló la noticia sobre la inundación y desplome de una vivienda en la nueva urbanización La Rinconada, sobre la margen del Río Chillón en el distrito de Carabayllo. Una urbanización formal; habilitada y vendida por Los Portales. Como muestra el blog Lugares Comunes, una ordenanza de la Municipalidad de Lima autorizó en el 2010 el cambio de zonificación de un área clasificada en parte como ZRP y en parte como Zona Agrícola (A) a Residencial de Densidad Media (RDM). Lo mismo: permiso para construir viviendas de hasta cinco pisos sobre la margen de un rio, esta vez el Chillón.
Hacia fines del año pasado, la Municipalidad de Comas declaró de interés una Iniciativa Privada (IP) presentada por Supermercados Peruanos para construir un centro comercial sobre un 30% (7.600m2 de un total de 24 mil m2) del área del Parque Manhattan, área que le sería otorgada por 40 años en concesión. Ojo, no debajo del parque, como es el caso de Iniciativas Privadas como Larcomar o los estacionamientos bajo el Parque Kennedy, sino sobre la superficie.
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Una IP controvertida, por decir lo menos. El alcalde sostiene que solo así el parque podría ser sostenible, es decir, rentable para el distrito. ¿Solo concesionando la mitad de un parque público puede Comas mejorar la otra mitad? Habrá que esperar para ver si la resistencia de algunos vecinos impide la operación.
Tres casos en menos de seis meses. Y deben ser solo algunos, aquellos que las redes y la prensa han dado a conocer. Es difícil pensar en planificación urbana cuando en Lima hasta el espacio público tiene un precio.