Personal de parques y jardines de la Municipalidad de San Isidro quitaron la vida a varios árboles tradicionales ubicados en el cruce de las calles Carriquiry y Uno, a espalda de la Clínica Ricardo Palma. Los funcionarios municipales aluden que los árboles estarían con hongos, pero las fotografías y sus flores de verano indicarían lo contrario. Además, según los vecinos, la tala se realiza sin un adecuado proceso de información a quienes viven en el distrito.
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Según los vecinos de la zona que transitaban por el lugar, el objetivo del alcalde Manuel Velarde es construir una ciclovía de doble tránsito en la calle Uno para empalmar con la existente en la calle Carriquirry y articular un eje ciclístico que fluya hasta Surquillo. Sin embargo, otros vecinos protestan, señalando que no se puede hacer ciclovías a costa de matar árboles y sin un adecuado plan de remediación ambiental.
“Lamentablemente a pesar de haber sustentado nuestra posición en la Municipalidad, las autoridades no nos han hecho caso e indican que todo se hace por decisión del alcalde. No se pueden matar árboles o erradicarlos en una ciudad que precisamente carece de ellos. Debemos ponerle freno a aquellas personas y autoridades que buscan que Lima se convierta en Ámsterdam (Holanda) sin tener más áreas verdes. Nadie se opone al ciclismo, pero este deporte / actividad / forma de vida no debe ser excusa para un alcalde que lo usa como argumento para generar otras miradas a la ciudad, con poca planificación en favor de los vecinos y con mucho énfasis en cambios zonales que en el mediano y largo plazo propiciarán mayor congestión vehicular en zonas que fueron adquiridas como residenciales. Ciclismo sí, pero defensa de las áreas verdes también, nos preocupa que la propia Municipalidad de San Isidro propicie la tala de árboles en favor de ciclovías de asfalto, es una abierta contradicción para cualquier ecologista serio y sano”, manifestó el doctor José Ascencio, abogado y vecino del distrito.
Asencio agrega: “El alcalde Manuel Velarde ya limitó el tránsito vehicular en Libertadores, redujo los estacionamientos en torno al Olivar, multa a los autos que se estacionan más de dos horas en Conquistadores y lo más curioso de todo es que no hay el incentivo para la creación de más cocheras públicas, salvo las que estén debidamente avaladas por las empresa privadas que aprovechan esta circunstancia para cobrar caro por un parqueo que se ha hecho obligatorio por culpa del propio alcalde de San Isidro, tal como está sucediendo en la calle Rivera Navarrete”.
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“Protestamos contra un ecologismo poco claro en San Isidro, a lo mejor se pretende ser verde para incrementar el transporte vehicular en otras rutas más comerciales que atraviesan el distrito y así generar los cambios de zonificación que los vecinos se oponen como es el caso de la Av. Camino Real, donde fue el antiguo colegio Marcelino Champagnat, espacio que pretendería ser convertido en un centro comercial”, añadió Ascencio.
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“Si uno observa lo que sucede en San Isidro, Miraflores, Surco, Lince y Pueblo Libre, no hay incremento de áreas verdes, más bien lo que se da en estos distritos es el aumento del cemento, asfalto, máquinas de hacer deporte que luego se oxidan y juegos para niños que no son debidamente aseados, estas acciones no implican un adecuado manejo de espacios públicos que erróneamente nos hacen creer alcaldes como el aludido de San Isidro”, finalizó Ascencio.
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