El prestigioso Massachusetts Institute of Technology (MIT) te eligió como la peruana ‘Innovadora del 2016’. ¿Qué significó esto en tu carrera?
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El premio lo otorgó la MIT Technology Review, una revista del MIT que cada año selecciona a los innovadores más destacados de varios países. Me dieron la premiación máxima y para mí fue muy bonito, significó mucho, porque era la primera vez que recibía un reconocimiento en el Perú.
¿Cuáles son los proyectos que te valieron esta distinción?
Mi principal proyecto se llama The Beauty Technology. Se trata de un nuevo concepto que se enmarca dentro del área de los wearables, que es la tecnología que puede estar en los relojes o la ropa. Lo que yo hago es fusionar productos de belleza con tecnología para que el cuerpo pueda conectarse con otros dispositivos. Entonces, he creado diseños que te permiten prender la televisión o cambiar de canal con solo pestañear; pagar el pasaje del metro con las uñas, gracias a la tecnología RFID (Identificación por Radiofrecuencia), o grabar una conversación o enviar un mensaje predeterminado con solo tocarte el pelo.
¿Son productos concebidos exclusivamente para chicas?
Al inicio fue así, porque el maquillaje es usado principalmente por mujeres. Pero tengo un proyecto que fue realizado pensando en un chico, Felipe Esteves, dos veces campeón mundial de jiu-jitsu. En un entrenamiento, él sufrió un accidente que lo dejó tetrapléjico. En vez de maquillaje y pestañas, desarrollé una tecnología que actúa como si fuera una segunda piel con sensores que se activan con solo parpadear y permiten operar la televisión. Es igual a los parches que se usan como maquillaje especial para películas de Hollywood.
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¿Has patentado tus ideas? ¿Las has vendido a algunas empresas?
No, yo soy investigadora y me gusta que el conocimiento sea libre para que cualquiera pueda utilizarlo. Incluso, ya hay empresas que están trabajando con esta base. En Londres, por ejemplo, una compañía ya está desarrollando la idea de pagar el metro con las uñas. Lo mismo están haciendo empresas en China y Japón. Para mí es muy gratificante que no solo sea una idea de ciencia ficción loca, sino que se esté haciendo realidad. Yo desarrollo los demos, pruebo que se pueden realizar, pero no lo hago a un nivel escalable para vender.
Ahora que has vuelto al Perú tras tu experiencia en el MIT (ver recuadro), ¿cuál es tu plan?
Me he unido al equipo de la Universidad de Ingeniería y Tecnología (UTEC) como profesora. Estamos creando una carrera que será lanzada en marzo: Ciencia de la Computación. Aquí existe la carrera de Ingeniería de Sistemas, pero para mí, por ejemplo, fue un gran daño que se llamara así. Cuando hablaba de mi carrera en otros países, nadie lo entendía, porque solo aquí tiene ese nombre. En cualquier lugar del mundo es Computer Science o Informática. Entonces queremos empezar llamando a la carrera correctamente y la idea es formar creadores, en lugar de usuarios.
¿Qué consejo le darías a las personas que quieren dedicarse a la investigación científica?
Que no es imposible. Muchos creen que solo puede hacerlo alguien con un perfil específico, y tenemos en mente al científico de lentes gruesos y mandil blanco, pero no es así. Puede hacerlo cualquiera de nosotros y puede ser divertido.