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POR VERÓNICA KLINGENBERGERPeriodista@vklingenberger
El Ministerio de Educación debería implementar cursos extracurriculares para reforzar la educación básica de personas adultas, ahora padres, que se han creído eso de la ‘ideología de género’ o el ‘lobby gay’. Nada tengo en contra de su fe o su amor a la familia, pero me aburre verlos una y otra vez tirando el carro para atrás cuando los demás intentamos avanzar. Dicen que el mundo evoluciona a pesar de los necios. Es importante que el Perú haga lo mismo y el Estado no trastabille ante el ala más ignorante de la Iglesia.
¿Qué temen ahora? ¿Que sus hijos se vuelvan gays o lesbianas, o escuchen a sus maestros hablar de esos temas? Todo lo contrario: si sus hijos son gays y lesbianas (que si lo son, ya lo son, a pesar de ustedes), se sentirán enormemente aliviados de ver que en el Perú todos somos iguales y que nadie debe discriminar a otra persona por su sexualidad (escribo esto y leo sobre un chico de 12 años que se suicidó en Iquitos luego de decirle a su padrastro que era gay y sentir el más profundo rechazo dentro de su propia casa).
¿Tienen miedo a que sus hijos e hijas compartan los mismos baños? ¿Que el aliento a que cada niño y adolescente conozca su cuerpo genere una ola de masturbación imparable? ¿Tienen miedo a que aprendan a tener sexo consentido y protegido? Nada peor que esa cucufatería que promueve dobles vidas y sexo culposo o violento. Nada mejor que la información, que el debate abierto, que el respeto entre hombres y mujeres, heteros y gays.
El Currículo Nacional de Educación Básica tiene 116 páginas y gracias a la revisión que ha hecho Rosa María Palacios ya sabemos que no promueve nada de eso. Lo único que se busca enseñar a los niños y adolescentes peruanos es que todas las personas nacidas en este país tenemos los mismos derechos. Todos merecemos amor y respeto. ¿Qué tiene eso de malo? ¿A qué le pueden tener tanto miedo?
Nadie se quiere meter con tus hijos, todo lo contrario. Lo que se busca es prepararlos para una vida sexual sana y segura y protegerlos del bullying y del odio. Que sepan que ser mujer no es ningún obstáculo y que al igual que sus compañeros hombres podrán llevar adelante cualquier proyecto que tengan. Lo mismo para los chicos LGTBI.
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Puedo asegurarles que sus hijos no dejarán de procrear, que hombres y mujeres seguirán gustándose entre sí y que la familia seguirá siendo el pilar de la sociedad. Tranquilos. Ese modelo tiene para rato.
Por lo demás, resulta increíble que la Iglesia siga metiendo las narices en estos temas con todos los casos de pederastia que tiene en su contra y con todos los escándalos que la persiguen. #ConMisHijosNoTeMetas no es una buena idea de hashtag. Ya empezaron los memes con Luis Fernando Figari y sus amigos. Finalmente, los dos polos ideológicos están equivocados. Mientras los religiosos piensan que lo natural es únicamente lo heterosexual (y ya está demostrado que eso es falso), el otro extremo muestra una postura ideologizada igualmente fanática al estar convencida de que todo es cultural, aprendido. Ciertamente, ambos bandos están equivocados. Pero por ahora el primero resulta más preocupante.
