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Animales: Nueva especie de rana emite sonidos como un ave

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MARCOS CHUMPITAZ

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‘Parece un búho’, pensó el herpetólogo Pablo Venegas la primera vez que escuchó el canto de la Tepuihyla shushupe, una nueva especie de rana recientemente descubierta por su equipo.

Fue en octubre del 2012, durante una expedición por las cuencas de los ríos Ere y Campuya, en la zona del Putumayo, en Loreto.

En medio de la noche amazónica, el canto del pequeño anfibio llamó la atención del grupo. ‘La gente empezó a preguntar qué era. No era el canto normal de una rana. Cantaba como una lechuza. Recuerdo que en el campamento, estábamos con un conocido ornitólogo, Douglas Stotz; pero ni él podía descrifar ese canto. No era de ningún ave que él conocía’, explica el especialista.

Algunos comuneros de la zona, presentes ahí, le atribuían el canto a la temida serpiente shushupe, una de las más grandes y venenosas de la selva. ‘Había personas de la zona colaborando con nosotros, que se asustaban con el canto. Por ello, quisimos acercarnos para ver qué era’, relata.

Tras una búsqueda minuciosa, el grupo descubrió que el canto provenía del hueco de un árbol. Cuando se acercaron, vieron a una pequeña ranita, sumergida en agua, cuyo color se confundía con la corteza del árbol. ‘Cuando la escuchamos cantar, todos nos sorprendimos. Sin duda, era una especie única’, indica el herpetólogo del Centro de Ornitología y Biodiversidad (Corbidi).

En un principio, los herpetólogos pensaron que se trataba de una rana Enomiohyla tuberculosa, una especie amazónica muy rara, descrita en 1882.

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Sin embargo, los estudios posteriores revelaron que era una especie totalmente distinta. ‘Al estudiar el ADN, notamos que la ranita pertenecía al género Tepuihyla, que hasta entonces se creía endémico de los tepuyes en Venezuela, unas mesetas rocosas aisladas de la selva. Es un misterio cómo estas ranitas se separaron de sus congéneres y colonizaron la Amazonía’.

Por ahora, este es el único registro de Tepuihyla shushupe que se tiene en nuestro país. Al ser ranitas nocturnas y arbóreas, es muy difícil verlas en su hábitat natural. ‘Por eso, han pasado desapercibidas por mucho tiempo’, indica Venegas.

Su piel es bastante verrugosa y se camufla muy bien entre los árboles. Las verrugas son un arma de defensa ante sus depredadores, pues secretan una suerte de ‘goma’ que repele a serpientes y aves.

‘Lo del canto no es un misterio. Es básicamente una herramienta reproductora y territorial. Los machos cantan para avisar su presencia. Además, ese sonido a lechuza viene porque cantan en huecos de árboles. Eso hace que resuene de una manera especial’.

La primera descripción de esta rana acaba de ser publicada en la prestigiosa revista ZooKeys, con sede en Bulgaria, y ya está dando la vuelta al mundo.

El estudio fue realizado por el Centro de Ornitología y Biodiversidad del Perú (Corbidi), la Pontifica Universidad Católica del Ecuador, el Instituto de Investigaciones de la Amazonía Peruana (IIAP), entre otras entidades.

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