David Teie es un violoncelista estadounidense alérgico a los gatos , sin embargo, creó para ellos un disco que probó en un bar para estos animales de Londres.
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La receta para tocar la fibra sensible de los felinos y relajarlos es convertir en sonidos musicales sus ruidos familiares, los ronroneos, el trinar de los pájaros o el ritmo del amamantamiento.
“Tengo alrededor de 26 instrumentos diferentes para reproducir los ronroneos. Este tipo de sonido crea sensación de bienestar”, explicó a la AFP este profesor de música de la Universidad de Maryland e integrante de la Orquesta nacional sinfónica de Estados Unidos.
Teie hizo una demostración en el bar “Lady Dinah’s Cat Emporium”, uno de los dos establecimientos para gatos de Londres, en el barrio de moda de Shoreditch, donde hay pasarelas, ruedas y todo tipo de entretenimiento para estos animales.
Para ir al bar con su gato, la gente tiene que reservar con tres semanas de antelación, como mínimo, para una visita de hora y media que cuesta seis libras, bebida y comida aparte.
“Utilizo diez instrumentos acústicos, pero hay que modificar con ordenador casi todos los sonidos para que se conviertan en sonidos para animales”, explicó.
Luego, tocó algunas notas agudas antes de pasar a unas graves que captaron inmediatamente la atención de los gatos, como en el caso de Lizzie, que se detuvo intrigada, y de Donnie, que soltó inmediatamente el juguete que llevaba para aproximarse al músico.
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“Me dije que si escribía música que guste a los gatos pero sus amos la encontrasen irritante, no la pondrían, así que incorporé un toque de música humana para que fuera escuchable y calmar también a la gente”, explicó.
“No está muy lejos de la música de relajación”, dijo a la AFP Lauren Pears, la propietaria del bar de gatos, que se mostraba escéptica pero se dio cuenta de que los gatos “mostraron interés y reaccionaron mejor de lo que pensaba”.
“Music for Cats” es el nombre del disco, y Teie prepara ya uno para caballos y otro para perros.
Fuente: AFP
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