KAREN ESPEJO
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Por lo común, los profesores prohiben el uso de teléfonos celulares en clases. Pero, ¿realmente deben restringirlos o es mejor que se los incorpore como parte de la enseñanza del alumno?
Para Mariana Rodríguez, presidenta de la Conferencia Anual de Empresarios (CADE) por la Educación, evento que se realizó hace pocos días en Lima y que precisamente trató el tema de nuevas tecnologías en el aprendizaje, muchos profesores ven a los celulares únicamente como elementos distractores. ‘Sin embargo, hay que tener en cuenta que si la clase no es interesante intelectual ni emocionalmente para el alumno, este se va a distraer con o sin celular ‘, dice.
En tal sentido, afirma que uno de los nuevos desafíos de la enseñanza en estos tiempos es ‘aprovechar los recursos tecnológicos’ y aplicarlos de manera creativa en clase.
‘El smartphone es un aliado del profesor y del alumno. Puede ayudar a encontrar respuestas en tiempo real y contiene aplicativos para enganchar materias como la física, la química o la geografía con la vida diaria’, explica.
Roberto Lerner, psicólogo y especialista en temas de educación, opina de forma similar a Rodríguez. ‘Para los nativos digitales, el celular termina siendo prácticamente un órgano sensorial más, algo que el cerebro interpreta naturalmente, como interpreta nuestros sentidos. Entonces, pedir a los alumnos que dejen su teléfono fuera de un espacio es casi como pedirles que se presenten con los ojos vendados’.
Para Lerner, la prohibición de su uso en clase no tiene que ver con un tema de disciplina, sino más bien con una falta de comprensión en el uso de estos nuevos recursos.
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Por eso, ambos especialistas recomiendan a los docentes y colegios empezar a informarse y capacitarse en el uso de estas nuevas herramientas, aplicadas en la educación, antes de ponerlas en práctica.
‘Cuando el profesor se sienta cómodo con la herramienta, ese será el momento correcto de empezar a aplicarla en clase’, señala Rodríguez.
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Gracias a todos los que colaboraron con la Reciclatón.