KAREN ESPEJO
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La temporada de invierno nos lleva a protegernos del frío de diversas maneras. Pero ¿lo hacemos adoptando hábitos correctos?
Lisseth Gómez, especialista en medicina familiar del Hospital Solidaridad Salud, de la Municipalidad Metropolitana de Lima, nos explica cinco errores comunes que cometemos en estas épocas de frío.
1.- Ventanas cerradas.
Permanecer en lugares cerrados con mucha gente, como buses de transporte público o una oficina, con la idea de evitar los vientos fríos, puede ser perjudicial para la salud . ‘Mientras más hacinado esté un lugar, más posibilidades de que proliferen virus, bacterias y parásitos, que causan infecciones respiratorias e intestinales’, señala Gómez. En cambio, un ambiente ventilado reduce las probabilidades de contagio.
2.- Bebidas calientes.
Para la especialista del Hospital Solidaridad Salud, ningún extremo es bueno. Tomar bebidas heladas o extremadamente calientes provoca una irritación en la mucosa faringe. ‘Si bien eso no va a desencadenar una gripe – que es causada por un virus, bacteria o agente alérgeno -, esta inflamación sí puede producirnos una faringitis’.
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3.- Del calor al frío.
Los cambios bruscos de temperatura contribuyen a una mayor proliferación de virus, bacterias y parásitos. ‘Si estamos en una oficina con aire acondicionado a temperaturas cálidas y luego salimos al frío de la calle, se va a producir una irritación en la faringe o los pulmones’, advierte Gómez.
4.- Abrigarse mucho.
Tanto niños como adultos debemos usar ropa de abrigo suficiente para sentirnos cómodos, pero sin exagerar. Un menor que está en constante actividad física por el juego no requiere de mucho abrigo, pues la temperatura de su cuerpo subirá naturalmente.
5.- Automedicarse.
Tomar cualquier medicina que nos receten en la farmacia para aliviar los síntomas de una gripe o resfriado es un error muy común, lamenta Gómez. Lo mejor es acudir al médico en los primeros días de síntomas para determinar si se trata de un catarro común (una influenza estacional que causa malestares leves por 3 a 4 días) o una gripe mayor (influenza AH1N1, por ejemplo, cuyos síntomas se manifiestan con fiebres y pueden traer complicaciones mayores, como una neumonía). ‘Es el médico quien debe determinar si ese resfrío se ha debido a un virus, un parásito, una bacteria o un agente externo, como el polvo, y recetar según lo que observe. Medicar sin diagnóstico es como jugar a la ruleta rusa’, dice Gómez.
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