Atacama, el desierto más árido del mundo. Conseguir agua aquí es todo un desafío. Los científicos lo logran con los atrapanieblas, estas mallas de polipropileno que capturan las gotas de la camanchaca, la niebla costera que cubre de madrugada el lugar.
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‘El viento trae la niebla, la niebla pasa a través de esta malla, las gotas de agua empiezan a depositarse y a condensar y agruparse en mayor tamaño, esas gotas por gravedad empiezan a caer, a correr a través de la malla hasta que cae en canaletas. Estas canaletas van colectándolas y las depositan finalmente en estos estanques’, dijo Camilo del Río, investigador del instituto de Geografía de la Universidad Católica.
Un metro cuadrado de malla recoge 7 litros de agua por día, en promedio anual. En invierno puede llegar a 14 mientras que en verano puede haber cero recolección.
En Alto Patache, los atrapanieblas abastecen completamente la estación de investigación científica de la Universidad Católica.
Actualmente, unas 40 redes de este tipo funcionan en el desierto de Atacama.
Una de las metas es llevar el sistema a pequeñas comunidades costeras del norte de Chile que no tienen agua potable y deben estar constantemente abastecidas con camiones aljibe provenientes de la ciudad. Pero para eso hay que dotar de más predictibilidad a la tecnología.
‘Si pretendemos que este sea un recurso válido como recurso hídrico para un consumo humano, tenemos que tener la certeza que en el tiempo va a ser sustentable, y no un año sí, un año no, un año sí, un año no’, agrega Del Río.
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El sistema ya se usa con éxito en la región de Coquimbo, más al sur, donde abastece a una comunidad de 2.000 personas e incluso se creó una cerveza artesanal elaborada con las gotas de agua de niebla.
La tecnología está patentada en Chile y es exportada a varios países desde Perú hasta Nepal o las islas Canarias.