La contaminación radioactiva puede ser el resultado de La exposición directa a sustancias radioactivas en el suelo, plantas o agua, o a través de carne o pescado contaminado.
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Las verduras con grandes hojas como las espinacas, lechugas o puerros son muy sensibles a la lluvia radioactiva.
Aquellas que crecen bajo tierra como las cebollas y las zanahorias están menos expuestas, pero la contaminación del suelo les alcanza.
Los elementos radioactivos pueden afectar el agua subterránea y contaminar la potable.
Un incidente nuclear también podría liberar partículas en el océano.
En numerosas ocasiones, las autoridades se han visto obligadas a prohibir la pesca por riesgo a la contaminación de la vida marina.
El impacto de los elementos radioactivos es muy alto.
Por ejemplo, hacen falta 30 años para disminuir a la mitad la radioactividad del Cesio 137 y unos 300 para dividirla entre 1.000.