La gente salió a las calles y los niños volvieron a los parques en Alepo. Las principales ciudades de Siria despertaron el sábado sin el estruendo de las bombas tras el alto el fuego entre el régimen y los rebeldes.
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‘Nos levantamos y había ruido. Generalmente hasta la tarde no pasa nada debido a los aviones. La gente se queda en su casa. Pero ahora no escuchas el sonido de artillería o aviones. Nos sorprendió que el régimen respetara esta tregua, es la primera vez’, señala Ousama Deiri, residente de Alepo.
El acuerdo aplicado desde la medianoche es auspiciado por Estados Unidos y Rusia, y respaldado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Pero sólo afecta las zonas de combate entre las fuerzas del gobierno de Bashar al Asad y los rebeldes sirios. Quedan excluidos los grupos yihadistas Estado Islámico y Frente al Nosra, brazo sirio de Al Qaida, que controlan más del 50% del territorio.
Señal de que no será fácil, varios obuses cayeron el sábado sobre Damasco, bastión del régimen, en un incidente atribuido a yihadistas.